“De modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes” (Colosenses 3:13 Nueva Versión Internacional).
La falta del perdón conlleva a muchos dolores tanto físico como espiritual. El no perdonar a una persona, tiene la consecuencia de vivir una vida amargada, derrotada, triste, enferma, estancada, arisca a las demás personas y resentida. El no perdonar, estancan las bendiciones del Señor para tu vida. La falta del perdón hace que la persona lleve una vida de resentimientos. El rencor o el resentimiento, provoca que las personas vivan una vida estancada y llena de estrés. El resentimiento del pasado controla el presente de la persona o sea, viven con recuerdos desde hace veinte, treinta años y todavía lo llevan presente en sus corazones como si fuera ayer. Todavía viven con ese dolor que a lo largo del tiempo se convirtió en resentimiento. Ese resentimiento enferma, y es por eso que muchos están enfermos, cuando van al doctor no encuentran nada en lo físico porque la enfermedad se encuentra en el corazón y la mente. La mejor medicina para sanar ese mal es por medio del perdón y entregárselo a nuestro Señor Jesucristo.
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. (Efesios 4:32).
Escrito el 4 de Octubre del año 2014
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