Dios de Amor y de Salvación
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor” (1 Juan 4:8). Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. Clemente es Jehová, y justo; sí, misericordioso es nuestro Dios. Salmos 116:5
Dios se revela por medio de Su Palabra, por eso es necesario leer, estudiar y meditar en Su Palabra para saber verdaderamente quién es Él y qué la Biblia nos dice acerca de Su poder. Su Palabra nos enseña Su amor y lo que Él hizo para darnos salvación. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie viene al Padre sino por medio de Su Único Hijo Jesucristo.
Jesús está a la puerta hoy, Él nunca retarda Su Palabra Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
En este día extiendo esta maravillosa invitación que será de gran bendición a tu vida. El Señor quiere bendecirte porque te ama con amor incondicional, el mundo puede despreciarte y abandonarte; pero Dios nunca te ha dejado y nunca te ha despreciado. La paz que el mundo ofrece es efímera o pasajera, pero la paz que Dios te ofrece es para toda la vida. Tú has pasado por muchas situaciones, pruebas y procesos; y en medio de tus adversidades, corre por todo lado buscando quién te puedes ayudar. En la noche no duerme porque los problemas no terminan y tus lágrimas no cesan de parar. Todos te han abandonado; aun los que comían en tu mesa te han despreciado, pero Dios nunca te ha abandonado. Dios te conoce mucho antes de nacer y tiene planes contigo. Tal vez piensas que Dios se ha olvidado de ti y que Él no escucha tus oraciones. Déjame decirte que todo lo que tú has pasado no ha sido ignorado por Dios, Él conoce por lo que estás pasando. En esta hora el Señor Todopoderoso, el León de Judá; el Fuerte de Israel, Jehová de los Ejércitos; se ha acordado de ti y te dice: “No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia. Isaías 41:10
¡Cuán grande es el amor de Dios! Esta es la mejor oportunidad para aceptarlo, ¿Quieres aceptar al Señor como tu Único Salvador de tu alma? Si te decidiste, favor de recibir a tu corazón esta oración de salvación:
Padre Celestial, en esta hora y en este día te invito a que habite en mi corazón. Creo que Jesucristo es el Hijo Unigénito de Dios, que vino a la tierra para ser el Salvador del mundo, y que, por Su muerte en la cruz, Él pagó el precio por nuestros pecados para que todo aquel que cree en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Señor en este día me arrepiento de todos mis pecados; enséñame a vivir una vida agradable a Ti. Te pido que escriba mi nombre en el Libro de la Vida. Gracias, Padre, por Tu maravilloso regalo de salvación y gracias porque al creer ahora soy Tu hijo. En el Nombre de Jesús oro,
Amén.
Padre Eterno, gracias por mi salvación. En este día te entrego mis afanes y preocupaciones. Gracias por librarme de caídas y si caigo, Tú me levanta más fuerte. Gracias porque Eres mi Padre y ahora puedo depositar mi confianza en Ti. Gracias porque no estoy solo, Tú siempre me acompañas. Gracias porque has cambiado mis lamentos en bailes. Padre, porque confío en Ti, Tú me has renovado mis fuerzas y por eso te doy mil gracias. “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
(Isaías 40:31)
Oración de Salvación
Señor Jesús, vengo a Ti así como soy; una pecadora (o) me arrepiento de todos mis pecados, límpiame de toda maldad. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Gracias por el sacrificio en la cruz del calvario. Señor hoy me entrego a ti y pongo todas mis esperanzas en ti. Entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador espiritual. Te pido que escriba mi nombre en el Libro de la Vida. En el Nombre de Jesús. Amén.
Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más cerca de Él. Comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo. Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer Su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y te de comprensión de Su Palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.