Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Salmos 27
El salmo comienza diciendo que Dios es mi luz y mi salvación. La luz de Dios es la que alumbra la oscuridad y desmantela lo que se encuentra oculto en la oscuridad. Dios es mi luz y mi salvación por tanto no tengo que temer a las adversidades de la vida. La luz de Dios nos muestra el camino para no andar perdidos. La luz de Dios nos conduce a la verdad.
Andando en la luz de Dios, la oscuridad se tiene que largar en el nombre de Jesús. La luz de Dios hace que dondequiera que pisemos Dios alumbrará nuestros caminos y nos brindará Su gracia y Su favor. La luz de Dios hace que cuando andamos herrados y confusos, Él nos alumbra con Su entendimiento y nos hace libre.
Dios es luz y en Él no existe ninguna oscuridad. Este es el mensaje que hemos oído de Él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en Él. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Cuando andamos en la luz de Dios, nuestros adversarios y enemigos tendrán que echarse a un lado. Gracias Jehová porque tu luz es mi escudo y mi protección, por tanto, no temo, aunque un ejército acampe contra mí.
1 Juan 1:5/Juan 1:4-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960
Oremos: Padre Eterno, gracias por ser mi luz, andando en Tu Luz nunca andaré perdido. Gracias por tu Palabra, ella es lámpara a mis pies y lumbrera a mi camino. Señor te entrego mis batallas, Tú la pelea mejor, hoy no tengo por qué temer porque si Tú estás conmigo, quién contra mí. Gracias Señor por ser mi luz. Amén.
Escrito Bv. Flores
Escrito originalmente para www.ministeriosdesanidad.org