“Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron. Mas Él les dijo: No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron” (Marcos 16:5-10 (RVR1960).

Estamos viviendo en tiempo donde el enemigo luce que está ganando, donde en muchas ocasiones a lo bueno le llaman malo y a lo malo bueno. El enemigo piensa que está ganando la partida, pero es necesario comprender que satanás es el padre de mentiras, el nunca ha ganado un caso. Cuando crucificaron a Jesús, el enemigo pensaba que había ganado, pero se equivocó. Dios nunca se equivoca. Es cierto que para el ojo físico todo lucía que se había acabado y que el enemigo se había salido con la suya.

Dios es un Dios Todopoderoso, Él es un Dios de lo imposible. 1 Corintios 15:4 dice que Jesús ya le había dicho a sus discípulos que resucitaría al tercer día, aun así, ellos sufrieron por lo que estaba pasando el Maestro, pensaron que todo se había acabado. En verdad hermanos, muchas veces en situaciones de la vida, llegamos a pensar que todo se ha acabado pero el que escudriña el corazón, nos dice: “No os asustéis”. Jesús conoce nuestra situación y extiende Su mano de poder para ayudarnos. En 1 Pedro 1:3-9 se encuentra una gran verdad que nos alumbra para ver y comprender verdaderamente el Precio que hizo nuestro Señor Jesucristo y cómo mantenernos firmes en la fe. Y nos dice a todos en este tiempo:

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según Su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas”. 1 Pedro 1:3-9 (RVR1960)

Escrito por: Bv. Flores
www.ministeriosdesanidad.org
Dios continúe bendiciéndote!


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