Escrito el 13 de Diciembre del 2011

Lectura Bíblica: Génesis 24

El don de hospitalidad es una virtud que no todo el mundo la tiene, pero si la desea, la pueden obtener pidiéndosela a Dios. El don de hospitalidad es una habilidad que solamente Dios da a las personas para suplir al necesitado sus necesidades.

Este don hace que la persona necesitada reciba una calurosa bienvenida supliéndoles alojamientos, comida, cuidado y ayudando a que éste se sienta que hay alguien que se interesa y cuida por él.

La persona que posee el don de hospitalidad debe tener siempre en mente que este don es desinteresado sin recibir nada a cambio, que el servir proviene de la gracia de Dios.

Dios es amor, por lo tanto el servicio hacia los demás debe ser diligente y cargado de un amor sincero y fraternal. “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Romanos 12:9-13).

Haciéndolo así, recibirás tu recompensa desde lo alto que es la mejor, pues Dios es el Único que bendice con Sus ricas bendiciones a las personas de buen corazón y con el deseo incondicional hacia los demás. “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1 Pedro 4:9-10).

Vemos la historia de Rebeca en Génesis 24 donde ella sin darse cuenta ayudó a la persona que iba a determinar su futuro de parte del Señor. Cuando Rebeca le dio agua al criado de Abrahán y a sus camellos, ella jamás pensó  que era plan de Dios que ella recibiera a ese hombre extraño para ella.

¿Cuándo ella se iba a imaginar que el cargamento que cargaban los camellos repleto de joyas preciosas y regalos escogidos por Abrahán iban a ser para ella? Todo eso le paso a Rebeca por su virtud y humildad de ayudar a los demás.

La hospitalidad se brinda a conocidos y no conocidos. Hermanos “no os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (Hebreos 13:2). “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:10).

Al Señor Jesucristo le agrada la hospitalidad pues ese don viene de Él y de su ministerio, por lo tanto hermanos si sientes en tu corazón ayudar y bendecir a alguien y no sabes cómo hacerlo, pídele específicamente al Señor el don de hospitalidad, te aseguro que Él te proveerá lo necesario para bendecir a otros en necesidades.

Tu casa siempre va a estar resplandeciente de las riquezas del Señor.  El Señor te bendice con todo lo suficiente para que nunca halla escazes en tu casa en la tierra. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14:2).

Bendiciones


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1 COMMENT

  1. Hasta hoy no habeda podido leer las enrtadas sobre el pensamiento. Gracias hermanos por tanta luz.Tambie9n el aporte de la Hna. Ofelia es muy bueno. Ojale1 fuesemos siempre coherentes con lo que aspira nuestra alma.Hno. Mario espero le llegase lo solicitado, lo reenvie9.Un saludo invocando el Nombre de Jesfas.

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