Hay un poder tremendo en dos personas que se unen para orar. Dios está llamando a Su pueblo hoy a la oración. “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos” (Mateo 18:19-20).

Hoy el Señor nos manda a pararnos en la brecha e interceder por los demás. Es necesario vaciarnos ante el Señor confesando todo lo que impide llegar ante Su presencia. La confesión es un acto de rendimiento y a Dios le agrada.

Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. (Santiago 5:16) Confesaos vuestras ofensas unos a otros. Esto nos indica que estamos arrepentidos de corazón. Ya el pecado no tiene parte en tu vida, pues hay un cambio para todo aquel que se humilla en arrepentimiento, porque a un corazón contrito y humillado Jehová no lo despreciará jamás.

Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; “Romanos 3:28: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” La justificación que se obtiene por la fe en Cristo, la cual opera en aquellos que se arrepienten, Dios les perdona sus pecados.

Hoy he decidido orar por otros. ¿Cómo voy a orar?
1. Hoy voy a orar por los demás especialmente aquellos que me hacen la guerra. “Bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian” (Lucas 6:28).

2. Intercedo por los enfermos
¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración… ¿Está alguno enfermo…? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará…orad unos por otros, para que seáis sanados…” (Santiago 5:13-16).

3. Hoy voy a clamar por mi nación: Sabiduría

4. Hoy voy a pedir la cobertura de Dios a mi vida y la de mis familias. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió” (1 Cr 4:10).

El poder de la oración de fe puede mucho, es necesario orar. También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Lucas 18:1-7

Hoy clamo e intercedo en oración por Jerusalén.
Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no ceséis, Ni le deis tregua, hasta que confirme, y hasta que ponga á Jerusalén en alabanza en la tierra” (Isaías 62:6-7).

Iglesia, ora e intercede, que no cesen tus oraciones a favor de los demás.

Bendiciones

Escrito: El 16 de Noviembre del 2012


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