Tizón Arrebatado Del Incendio

Tizón Arrebatado Del Incendio
Zacarías 3:1-7

“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.

¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?

Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie. Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar” (Zacarías 3:1-7).

Esta reflexión tiene un trasfondo muy profundo y tiene que ver con cada uno de nosotros, porque a la verdad, muchas veces nos sentimos como Josué, él fue un sumo sacerdote cuando el remanente retornó a Jerusalén y emprendió a reformar el muro. Josué era un líder que representaba la nación de Israel y por eso, Satanás empezó a acusarlo. En medio de un panorama cargado de adversidad y acusaciones. La Palabra de Dios nos describe hasta la manera de vestir de Josué, dice que él estaba vestido con vestiduras viles, esa expresión representaba la condición en la que se encontraban ellos.

A pesar de eso, Dios extendió Su misericordia para salvar a su pueblo. En otras palabras, a pesar de las acusaciones y mentiras de Satanás, Dios defendió y peleó la batalla de Su pueblo.

Antes andábamos con vestiduras de pecados, pero la mano de Dios nos sacó como tizón arrebatado del incendio, revistiéndonos con ropas de gala. Cuando el adversario te haga recordar tu pasado, y a la misma vez, te haga pensar que usted se sienta impuro y vil, recuerde siempre lo que el Señor nos dice en Su Palabra en 2 Corintios 5:17: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Las cosas viejas pasadas, las vestiduras viejas de dolor, son muy fuertes para olvidar por nuestra propia voluntad, pero Dios sí lo puede hacer. Permitamos que el Señor nuestro Dios restaure y limpie nuestras vestiduras a través de Cristo nuestro Salvador. Jehová envió a Su Único Hijo por amor a ti y a mí, “porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

En Cristo somos más que vencedores, Su misericordia cambia todo para bien, Él nos saca como tizón arrebatado del incendio y nos reviste con ropas resplandecientes. Dios nos transforma y cambia nuestros vestidos viejos y los transforma nuevos y blancos como la lana. De esa manera podemos presentarnos ante Su presencia cada día. Muchas personas se sienten avergonzadas porque sus vestiduras están sucias del pecado y sienten que no son dignos de estar ante la presencia de Dios. Tengo buena noticia para usted: “Jesús dijo: —Los que están sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Marcos 2:17). El amor de Jesús es tan grande que, dejó las 99 ovejas y fue por usted para que no perezca y tenga vida eterna.

Dios promete a Su pueblo: “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. “Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque Yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, Soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a Mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y Yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque Yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré” (Isaías 43:2-5). Usted es muy importante para Dios.

Mensaje de Dios
www.ministeriosdesanidad.com