ORANDO EN TODO TIEMPO VENCERÉ 1 Tesalonicenses 5:17
El apóstol Pablo era un hombre dedicado a la oración y la oración era su fortaleza, se puede decir que la oración le brindaba paz y gozo, aun en medio de las adversidades. Es por esa razón que el apóstol les decía a los Tesalonicenses “estad siempre gozosos”, porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en Él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré. Salmos 28:7
El apóstol Pablo no solamente nos exhorta a estar siempre gozosos, también nos manda a orar. ¿Cuántas veces debemos todos orar? El versículo de 1 Tesalonicenses 5:17, nos contesta la pregunta: “Orad sin cesar”. Estas tres importantes y poderosas palabras tienen que estar fundamentadas en nuestras vidas cada día. ¿En qué momento de su vida usted ora más? Una persona de oración ora sin cesar, en cambio, una persona que lleva una vida de pecados, la oración no forma parte en su diario vivir. El pecado no permite que el hombre tenga una comunión con Dios, de modo que, el pecado no desea comunicarse con Dios; en cambio, la oración activa una comunión con Dios.
Se puede decir que, 1 Tesalonicenses 5:17, es una exhortación para seguir y aplicarla en nuestras vidas cada día, porque esta nos conducirá al Propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros. Finalmente, el apóstol les dijo a los Tesalonicenses como también, nos los dice a todos: “En todo den gracias”. Pablo les dijo que en “todo tiempo den gracias a Dios”. Eso significa en momentos buenos como también en momentos difíciles. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. Luego nos exhorta diciendo: “No apaguéis al Espíritu”. El creyente que ora sin cesar mantiene su lámpara encendida de tal manera que, aun en la oscuridad brilla con la Luz de Dios. El creyente que no ora se encuentra aislado de la Luz que es Cristo.
La oración es el todo y es una necesidad. Saquemos tiempo para orar como lo hacía el apóstol Pablo, como lo hacía Daniel que oraba tres veces al día desafiando las leyes de hombres. Oremos sin cesar como decía el rey David “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y Él oirá mi voz” (Salmos 55:17, RV60).
Hay una gran bendición cuando oramos, Una vez más, el apóstol Pablo nos exhorta en la importancia de la oración para todos los creyentes que creen por fe en la Palabra de Dios. La Palabra de Dios nos reviste y nos libra de todas artimañas del enemigo. Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, nos ayudará a descansar en el Señor, porque nuestras batallas son de Dios. Él pelea por nosotros.
En el Nombre de Jesús de Nazaret me humillo en oración y me revisto con todas las Armadura de Dios para poder vencer. Me apropio y me revisto de estas Palabras y la pongo en práctica en mi vida para estar siempre firme caminando en la Luz de Cristo; como también; estar alerta contra las asechanzas del maligno.
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de Su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de Él, como debo hablar. (Efesios 6:10-20)
SOY MÁS QUE VENCEDOR/A EN CRISTO JESÚS QUE ME FORTALECE.
Mensaje de Dios www.ministeriosdesanidad.com
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