Dios no nos trajo para ocupar un espacio, Él nos trajo al mundo porque tiene Propósitos Eternos para cada uno de nosotros. Esa convicción nos hace ver quiénes somos en Cristo Jesús. Una vez que has aceptado a Cristo como tu Señor y Salvador de tu alma, sabes quién eres en Cristo, de manera que, tienes una nueva identidad en Él. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17 (RVR1960).
El enemigo solo viene a degradar y hacernos creer que estamos huérfanos y quiere hacernos creer que somos nada, cuando en realidad él muy bien sabe que somos hijos del Gran Rey, Jehová de los Ejércitos es Su nombre. Él envió a Su Único Hijo Jesús del cielo a la tierra para morir por ti y por mí, ¿merecemos ese Regalo? no, pero Su misericordia es grande. Gracias Padre.
Si hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo y andamos como a Él le agrada, tenemos la certeza de reconocer quiénes somos en Él.
Cuando un niño nace existe una prueba de identidad que se llama el acta de nacimiento, este documento registra y legaliza el origen de una persona. Este importante documento es trascrito y conservado en una Oficina Civil donde la persona nació. Cuando nacemos en Cristo, el Padre nos adopta como hijos de Él, nos legaliza y nos inscribe en el Libro de la Vida. !Aleluya!
Si le has dado tu vida a Cristo y por algunas circunstancias de la vida el enemigo quiere poner en duda tu conversión y tu origen de quién ere en Cristo, hoy el Espíritu Santo de Dios viene a recordártelo. Tienes que entender y repetir en alta voz estas palabras: YO SOY QUIÉN SOY EN CRISTO. Soy nueva criatura y nací de nuevo de manera que, mi nueva acta de nacimiento en Cristo confirma que:
1. Soy hijo (a) de Dios “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados” (Romanos 8:17 (RVR1960).
2. Soy conciudadano (a) de los santos y de la casa de Dios, “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,” Efesios 2:19 (RVR1960).
3. Soy edificados (a) sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,” (Efesios 2:20 (RVR1960).
4. Soy aceptado (a) en el amor de Dios “para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” (Efesios 1:6).
5. Estoy calificado (a) para compartir su herencia “con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;” (Colosenses 1:12 (RVR1960).
6. Estoy vivo (a) en Cristo. “aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efesios 2:5 (RVR1960).
7. Soy liberado del poder de la oscuridad y reubicado (a) al Reino de Dios “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al Reino de Su amado Hijo,” (Colosenses 1:13 (RVR1960). Amén.
8. Yo sé quién soy en Cristo, Soy cabeza y no cola. Soy heredero de bendición. Soy prosperado y bendecido, soy la simiente de Abrahán. El enemigo no tiene poder sobre mí porque tengo un Padre que pelea por mí y me defiende. Amén y amén.
Oremos: Gracias Señor por adoptarme como tu hijo (a). Gracias por rescatarme y sacarme del lodo cenagoso de maldad. Gracias por inscribirme en el Libro de la Vida. Ya no estoy huérfano (a), tengo un Padre que me adoptó como Su hijo (a). Ayúdame a guardar tus mandamientos y hazme recordar quién soy en ti cada día. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.
Si en este momento te encuentras solo y huérfano, y todavía no ha dado el paso de fe te invito al mejor paso de tu vida. El paso de fe te dará la garantía de ser hijo de Dios por adopción. En la adopción de Dios, encontrarás identidad, paz, liberación, sanidad y amor. Te invito a aceptar a Jesús como tu salvador Espiritual. Al leer esta confesión de fe, léela dirigida a Dios, Él te escuchará. Repite:
Señor Jesucristo, vengo a Ti, así como soy, un pecador, me arrepiento, perdóname de todos mis pecados, límpiame de toda maldad, yo perdono a todos los que me han hecho daño, renuncio a Satanás, y a todas sus mentiras. Reconozco que eres el Hijo de Dios y me entrego a Ti por completo. Entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador espiritual de mi alma. Hazme la persona que tú quieres que yo sea, sana mi cuerpo, alma y espíritu, cúbreme con Tu preciosa Sangre y escribe mi nombre en el Libro de la Vida. Lléname con tu Espíritu Santo. Gracias Señor por salvarme, gracias por hacerme una criatura nueva en Ti, en el nombre de Jesucristo. Amén.
Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más acerca de Dios, comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo. Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer Su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y te de comprensión de Su Palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
Escrito por: Bv. Flores
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