Sed del Dios Vivo

Sed del Dios Vivo

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Salmos 42:1-2 RVR1960

Todos sabemos que el rey David escribió este Salmo cuando se encontraba en una necesidad y lejos de Dios. En el Salmo, él declara que su alma tenía sed de Dios y Él era el Único que podía saciarla.
El ciervo brama porque tiene la necesidad de saciar su sed y por otras necesidades para poder subsistir en un ambiente peligroso. El olor que mana del ciervo, es el olor que los animales salvajes y los cazadores huelen para poder cazarlo y matarlo. En otras palabras, el olor que mana del ciervo es el causante para su exterminación y la búsqueda incesante del agua, es su salvación. El Señor Jesús es la Fuente de Agua viva. Él no está muerto, ni clavado en una cruz como muchos piensan; Él está vivo para socorrer a Sus hijos. Jesús les dijo: Yo Soy el Pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás. Juan 6:35 (RVR1960)

Si no fuera por Su misericordia, ¿Dónde estaríamos ahora? Jesús pagó el precio por ti y por mí, Él está vivo para guiarte en momentos de sequias, de necesidad, soledad y de peligro. Su anhelo es llevarte a manantiales cuyas aguas nunca faltarán. El ciervo anhela habitar cerca de corrientes de ríos para saciar su sed, como también, preservar su vida. De igual modo, los hijos de Dios debemos habitar cerca del Abrigo del Altísimo, y saciar el alma con Su Palabra. Jesús dijo en Juan 4:14: “Mas el que bebiere del agua que Yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que Yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.

Sácianos, Padre Eterno.

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