Siempre Te ayudaré y Siempre Te Sustentaré

Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas. Aunque ande en valle de sombra de muerte, Él ha prometido que siempre nos sustentará.
Desde el 29 de diciembre del año 2019, parte del mundo estaba consternado por el azote del coronavirus aún desconocido para ese entonces. Ahora el virus es conocido y está afectando a toda la humanidad. El azote del virus hacia la humanidad ha sido un desafío para todos y su difusión ha generado cambios jamás visto en todo el mundo. La epidemia ha separado la mayoría de los vínculos tales como, el trato social, el cierre de las escuelas y universidades, el desempleo, el cierre de los restaurantes y demás negocios, como también, el cierre de las iglesias. Ante este grave escenario, la unidad de las familias no se ha cerrado ni mucho menos, la propagación del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. A pesar de que todos hemos estados aislados, la Palabra de Dios no ha estado en cuarentena, se está transmitiendo por todos los medios posible para expandir y llevar el Evangelio a todas las naciones en el Nombre de Cristo Jesús.

Desde que empezó esta epidemia cargada de mortandad y miedo, las gentes andan con ansiedad y llena de pánico ante esta terrible situación. Para los que conocen la Palabra de Dios sabemos que esta situación no es una noticia nueva. En Salmos 91 Dios nos promete que, “el que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”. Mas adelante, el Salmos nos habla acerca de la peste destructora y las promesas de Dios para librarnos de ella. “No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará”. Una vez más, Dios por medio de Su Palabra nos ha avisado sobre estas cosas. Lucas 21:11 otra vez, Dios nos advierte sobre las epidemias de los últimos tiempos diciendo: “y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo”.

Ante esta desesperante emergencia llevando consigo (cuarentena, aislamiento, desesperación, pánico, ansiedad, máscaras de protección, contagios, hospitales, médicos, enfermeras y mortandad), las preguntas que todos nos hacemos son: ¿Cómo responde el mundo que todavía no conoce de Dios ante esta terrible situación? Y ¿Cuál es el papel del cristiano que conoce de Dios ante esta adversidad? Romanos 8:28 dice la Palabra de Dios, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su Propósito son llamados”. En medio de las vicisitudes y desafíos de la vida, siempre habrá un brillo de esperanza para todo aquel que habita bajo el Abrigo del Altísimo. El mundo que no conoce de Dios no sabe cómo apoyarse ante esta situación, sus pensamientos están cargados de pánico y ansiedad porque no sabe cómo agarrarse de Dios pues no lo conocen. El papel del cristiano que conoce de Dios y vive conforme a Su Palabra sabe muy bien dónde recostar su cabeza. Nuestro deber es, llevar el Evangelio de Jesucristo a todas las naciones a tiempo y fuera de tiempo y ayudar aquellos en momentos difíciles en los cuales estamos viviendo.

Es tiempo de buscar de Dios y adentrarnos en Su Palabra para estar fortalecido a la fe que Él por Su misericordia nos ha dado. Cuando abrimos nuestro corazón a Dios y nos alimentamos de Su Palabra, Él nos dará paz y el miedo desaparecerá de nuestras vidas. En esta gran prueba que nos ha tocado vivir, aprovechemos esta oportunidad para leer y meditar en la Palabra de Dios, ayudar a otros y para sacar tiempos productivos con nuestras familias. Juan 16:33 Dios nos dice: Estas cosas os he hablado para que en Mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo. Si Jesús venció, somos más que vencedores ante cada situación que se nos presente. ¡Gracias Señor por tu paz!

Se que todos hemos estados temerosos pero el Señor nos dice a todos: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Oremos: Amantísimo Padre Eterno, en estos momentos venimos humillados ante Tu presencia y te pedimos perdón. Te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Gracias Señor porque tus palabras me brindan tranquilidad y reposo a mi vida aun en medio de esta adversidad. Gracias Padre Eterno porque Tú ganaste la victoria en la Cruz y todo lo hiciste por nosotros, por tanto, deposito mi confianza en Tus Manos. Padre mío y Dios mío Jehová de los Ejércitos es tu Nombre, te pido que en medio de esta situación Tú me ayudes  a controlar mis emociones y así tener dominio propio. Que cada vez que se altere la situación, pueda tirarme de rodillas a buscar Tu presencia en oración. Señor te doy gracias porque tu Espíritu Santo vive en mí como también Tu paz reposa en mi en estos tiempos de adversidad. Si te tengo a Ti oh Dios, lo tengo todo. Padre amado, tengo la seguridad que podré salir hacia adelante y contigo obtendré la victoria. ¡En el Nombre de Jesús venceremos! Gracias Padre Eterno por Tus Promesas, Tú nos prometiste que nunca nos dejará y nunca nos desamparará. porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. “No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia” Isaías 41:10). Gracias Padre, gracias, Hijo y gracias, Dios Espíritu Santo. Amén.

“echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él  tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7 (RVR1960).

Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Juan 14:16 Porque todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios. 2 Corintios 1:20

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. Selah. Salmos 46

“Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios? Joel 2:12-15

Si todavía no eres salvo, esta es la mejor oportunidad para aceptar a Dios en tu vida. Medita, reflexiona y piensa en lo que Dios puede hacer en tu vida cuando permites que Él entre a tu corazón. Te invito a aceptar a Jesús como tu Salvador espiritual de tu vida. Jesucristo es la Salvación y en Él encontrará sanidad, paz y liberación.

Oración de salvación
Señor Jesús, vengo a Ti así como soy; una pecadora (o). Reconozco con todo mi corazón que te he fallado y me arrepiento de todos mis pecados. Te pido Señor que me limpie de toda mi maldad. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Gracias por el sacrificio en la Cruz del Calvario. Señor hoy me entrego a ti y pongo todas mis esperanzas en ti. Entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador espiritual de mi vida. te pido que inscriba mi nombre en el Libro de la Vida, en el Nombre de Jesús. Gracias Padre Eterno por salvarme. Amén.

Mensaje de Dios
Escrito por B. Flores
www.ministeriosdesanidad.org


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

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