Suicidio no Viene de Dios, Jesucristo es el Dador de la vida.

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Juan 10:10). Cristo vivifica nuestro cuerpo (Romanos 8:11). “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.”. Cuando obedecemos el evangelio recibimos esta gran bendición. Cristo dio su vida por nosotros Juan 10:11; “. Yo Soy el buen Pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Aquí está la mejor prueba de Su amor, Romanos 8:32, derramó Su preciosa Sangre por amor a nosotros. Cristo nos da vida en abundancia (v. 10), esta es la mejor promesa que nuestro Dios nos puede dar. La vida.

El suicidio es un tema que no se habla a menudo en las iglesias. Algunas iglesias sin darse cuenta le han otorgado estos temas a las instituciones privadas tales como los consejeros seculares y consejeros cristianos. Es de suma importancia aclarar las informaciones acerca del suicidio con base bíblica y no con informaciones fuera de lugar. Cuando leemos la palabra de Dios, vamos a encontrar personajes como el rey Saúl y su escudero, el amigo y consejero de David, Ahitofel el cual tenía un falso corazón, Zimri, fue el quinto rey de Israel e hizo lo malo, Judas Iscariote el que traicionó a Jesús y acabó su carrera suicidándose.

El Señor nos insta en Romanos 12:2 a renovar la mente, el Espíritu Santo mora en los hijos de Dios librándolos del mal. Nosotros somos templo del Espíritu Santo. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:19,20).
El Espíritu Santo es nuestro consolador; Él nos consuela en los momentos donde no tenemos salidas, Él abre camino donde no hay camino. Dios nos fortalece, nos aclara el camino cuando andamos en la oscuridad del túnel, Él nos protege y nos extiende la mano en los momentos difíciles. Todo esto sucede cuando le entregamos nuestras cargas al Señor; Él no te la negará porque te ama. Su amor por ti es tan grande que tiene tu nombre engravado en la palma de Su mano. Estamos viviendo en unos tiempos de desesperación y muchos no saben qué hacer; una cosa si te puedo asegurar: el que le ha dado la vida a Cristo y lo lleva en su corazón, sabe qué hacer y a quién recurrir en momentos difíciles.

Los cristianos conocen los recursos para los ataques, para las pruebas y obstáculos. Esta protección se encuentra en la oración constante. El tema del suicidio, debe formar parte en las agendas de cada iglesia por varias razones:

Primero, el suicidio es un grave pecado, este acto satánico va en contra del quinto mandamiento de Dios: “no matarás.” El suicidio contradice y viola la autoridad de Dios; el Señor es quien nos da la vida, y quien nos la quita, no nosotros mismos. Dios nos creó porque nos ama y quiere lo mejor para todos nosotros. Cuando Dios se acordó de nosotros lo hizo con propósitos, en cambio el suicidio es una calamidad, esto contradice lo que el Señor nos promete en Jeremías 29:11 “Porque Yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.

El Señor tiene planes buenos para ti. Dios te ama y lo demostró en la cruz del calvario. Lo demostró también dándote vida y permaneciendo contigo en todas las pruebas. Sé que te encuentras en momentos donde no hay salidas, donde no sabe qué hacer, pero hoy te digo de parte del Señor que no es tarde para empezar de nuevo. Espera, confía en Dios. No te quede ahí; busca ayuda. Medita en lo que Jesús hizo por ti para darte la vida; entrégale tus cargas a Él. Dios no te pondrás cargas que tú no podrás cargar. Dios es tu creador. Él sabe cuántas carga debe llevar, Él sabe la capacidad de resistencias que tu cuerpo puede aguantar.

Es como los elevadores, el ingeniero lo construye con un peso limitado. Es por eso que cuando te sube a un elevador podrás notar los números de capacidades que puede cargar. Si le ponemos cargas de más, no podrá resistir. Lo mismo pasa en lo espiritual, Dios nos creó con límites de cargas como los elevadores. También dice la palabra que cuando cargamos con cargas muy pesadas, Dios por su misericordia nos las quita y las lleva por nosotros. Hay muchas personas que cuando no pueden con sus cargas terminan quitándose la vida, porque no pueden resistir el peso.
Satanás está atacando a muchas personas especialmente aquellas que espiritualmente se encuentran indefensas, él sabe que le quedan poco tiempo y quiere llevarse unos cuantos con él.

El suicidio no viene de Dios. Llamamos Suicidio a aquella acción por la cual una persona acaba con su propia vida. La clasificamos como conducta autodestructiva porque esa acción puede conducir verdaderamente a la muerte o puede ser un intento, pero siempre existe una intención letal. Cuando una persona tiene una intención de suicidio su enfoque es solo hacia ese propósito, no piensa en el sufrimiento que puede causar. Su única intención es acabar con el sufrimiento, la carga o el problema, porque su visión de túnel no permite ver otras posibles salidas.

¿Qué es una visión de túnel?
La visión de túnel es una oscuridad profunda, es un estancamiento confuso y oscuro que no permite que la persona avance. En esa desesperación usted puede sentirse como que está en el foso más profundo, en el lodo cenagoso, y duda que no hay esperanzas, duda que ya no haya un rayo de esperanza, pero hoy te digo en el nombre del Señor, que Jesús es tu salida, Él es tu esperanza y tu luz para alumbrar la oscuridad en que te encuentras; Dios es grande y no hay nada imposible para Él. (Lucas 1:37)

No te quede en la oscuridad del túnel, prosigue, muévete que al final podrás ver la claridad del problema. No te consuma en la oscuridad, recuerda que al final verá la luz. Busca ayuda de Dios, busca ayuda profesional, busca consejería cristiana, acércate a una mujer o a un hombre de fe, ellos guerrearán e intercederán en oración por ti. Recuerda que no estás sola (o). Debes moverte y buscar todos los recursos para salir de esa oscuridad. Las soluciones no llegarán a tocarle la puerta a nadie, hay que salir a buscarlas. Espero que la solución que tome sea la correcta en forma positiva para tu vida. ¡Levántate! ¡Escoge la vida!

Si por tu mente entra este espíritu de destrucción en tu vida, no permitas que se acumule, no permita que se encube en tu mente, despójate de ella; ponle un pare en el nombre de Jesús. Piensa en tus metas, tus sueños, tus familias y tu futuro. ¿Cómo podrás ver tus sueños si acaba con tu vida? Dios te trajo para poseer Su gracia y Su favor. Tú eres un hombre de propósitos eternos, tú eres una mujer de propósitos, eres cabeza y no cola. El enemigo quiere asfixiarte con sus mentiras, pero para Dios, no hay NADA imposible.

Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Jeremías 1:5 (RVR1960). “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:2 (RVR1960).
Clama a mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).

Despréndete de esas ideas negativas y lucha por tu futuro. Tu tiene mucho que ofrecerles a las personas que están peores que tú. Levántate y sirve de instrumentos para ayudar y animar aquellos que están en el túnel. Sal de ese túnel que te tiene atrapada (o), suelta ese pasado que te tiene en esa condición, despójate de ese hombre que te maltrató y se burló de ti, suéltalo en el nombre de Jesús y date una nueva oportunidad, ¡vuelve a la vida!

Cristo te ofrece una oportunidad hoy, Él te ofrece la oportunidad de seguir hacia adelante, confía en Él y verás cómo Su mano no se apartará de ti. Con lo que estas pasando hoy, sácale provecho, desahógate escribiendo lo que te pasa, cuéntalo a alguien que te pueda ayudar, pídele a Dios que esté en control de tu situación; pero no te quede estancada (o) en el túnel. ¿Para ver tus sueños realizar debes de estar presente verdad?

Salmos 37:4 dice la Palabra de Dios “Deléitate asimismo en Jehová y Él te concederá las peticiones de tu corazón.” Cuando confiamos en Dios, y le entregamos nuestras cargas, Dios te dará la oportunidad de ver tus sueños realizar. Dios nos manda a orar sin parar para no caer en las trampas de Satanás. Leyendo la Palabra en la biblia, todavía no he podido ver a ningún hijo de Dios quitándose la vida, porque Dios es la fortaleza y el pronto auxilio en la tribulación. Gracias Padre Eterno.

El suicidio es pretender uno mismo hacer el papel de Dios y decidir cuándo debe terminar nuestra carrera terrenal.

¿Qué vas a ganar quitándote la vida? El suicidio serviría solamente para traer devastación a los seres queridos a quienes nunca ha intentado herir; solo conseguirá profundo dolor, cicatrices emocionales con las que van a tener que tratar el resto de sus vidas. Tú ha sido llamado (a) para vivir para Dios, tú eres parte de su creación. La decisión de cuándo morir es de Dios y solamente de Dios.

Entrégale a Dios tus problemas con todo tu corazón; y verás lo que Él hará por ti. Quizás me dirás no tengo fuerzas ni para orar, no tengo fuerzas para nada. Hoy te digo de parte del Señor que te levántate en el nombre de Jesús; tú lo puede hacer. Clama al Señor sus fuerzas para continuar. Quizás ha recibido desprecio, rechazo en un trabajo, en tu vida personal o quizás piensa que todo lo que hace te sale mal, entonces viene el desánimo a tu vida cambiándote completamente. Te digo hoy: Levántate en el nombre de Jesús.

Tu vida le pertenece a Dios, es tiempo de entregársela por completo. Tú eres una vasija en sus manos. Quizás ahora tu vasija está vacía y cargada de problemas, es el momento que le permita a Dios que llene tu vasija. Pídele perdón y verás el poder del Espíritu Santo obrando en tu vida. Pídele que renueve tu mente y que te saque del lodo en que te encuentras. No permanezca en esa oscuridad basta ya; sacúdete y se libre en el nombre de Jesús.

¿Cómo voy a renovar mi mente con tantos problemas?

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, (mente) para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Romanos 12:2) Es de máxima importancia que permanezcas en la presencia de Dios. ¡Las Palabras de Dios son espíritu y vida! Al alimentarte con esta perfecta comida tu vieja formas de actuar y pensar serán transformadas por el poder de la Palabra cambiando tu modo de pensar en forma positiva.

El enemigo lucha en todas las formas de bombardear tu mente con pensamientos negativos, él sabe que si tú los aceptas te debilitará y al debilitarse tu voluntad quedas completamente desprotegido. (a) Sacúdete, cobrad ánimo, pídele las fuerzas a Dios para continuar, mueve tus alas para volar alto; busca ayuda, congrégate con personas positivas, busca una iglesia, busca de Dios; Él nunca te dejará huérfano (a). Jesús sabes por lo que tú está pasando, Él sabe acerca del desprecio y rechazo, pues lo pasó en carne propia. Jesús se identifica con usted en su tiempo de rechazo y humillación. Nos dice el profeta Isaías 53:3-7 que Jesús fue despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto: y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados: el castigo de nuestra paz sobre Él; y por Su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino: mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. Angustiado Él, y afligido, no abrió Su boca: como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de Sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió Su boca.”

“Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengas miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará. Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballo y carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos, porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de la tierra de Egipto” (Deuteronomio 31:6). Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. 2 Corintios 4:7-9

Yo no sé por lo que estés pasando en estos momentos, pero debes saber que Dios no te va a desamparar, que no te va a abandonar, pero también debes de levantarte aun en medio de esa situación difícil, aun en medio de esa prueba, pues Él no te pondrá una carga que no puedas llevar. Debes de permanecer firme confiando que Dios está en control de tus circunstancias. Deja que el Señor resuelva tu situación a su tiempo pues el tiempo de Él es perfecto, alábale mientras esperas, pues al hacerlo te sentirás bien, se te olvidará esa carga, ese problema, pues estarás descansando en Él.

Sal de ese túnel de oscuridad, apóyate en la luz que te ofreció Jesús cuando te dio la vida. Eres muy estimada (o) para Él. Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida (Proverbios 4:23). Guarda tu corazón, guárdalo del resentimiento y de intentar contra tu vida, tú vale mucho. Buscad de Dios, busca a Jesús, llénate de Su amor y de Su paz. Llénate de Su Palabra, llénate de Su Espíritu Santo, escoge la vida; escoge a Jesús.

El suicidio se considera como pecado porque niega las promesas de Dios y el que intenta contra su vida no entrará en el Reino de los Cielos.1 Corintios 10:13 nos dice la Palabra acerca de las pruebas.” No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. En momentos de tristeza, desesperación, vergüenza, o algún otro problema que nos invite a llevar a cabo este u otros actos pecaminosos, es mejor recurrir al Señor, donde encontramos consuelo, auxilio y salvación (Hechos 26:21; Hebreos 6:18-20; 4:16; Mateo 11:28)

La persona que se suicida normalmente piensa que Dios es injusto al hacerle pasar por la crisis que está enfrentando, pero no es así. Cuando las circunstancias de la vida amenazan con arrojarnos en el túnel de la desesperación, es la fe personal y la visión que tenemos de nuestro Dios lo que nos trae seguridad. Dios está al mando de lo que te pasa. Al saber que Dios está en control de cualquier cosa que estamos experimentando, podemos soportar con gozo y perseverancia cualquier cosa que nos venga. Esta actitud nos llevará a comprender que Dios es más grande que nuestros problemas y por tanto podemos andar confiados y seguros en Él.
Si no eres salvo, pero siente que en tu corazón hay un vacío; deja que Cristo lo llene. Podrás notar la diferencia. No permitas que el ladrón de la depresión y el suicidio entren a robar tu vida. Piensa en tu futuro, en los planes que Dios tiene para ti. Levántate en el nombre de Jesús.

Ser salvo es un prerrequisito de descubrir el trabajo que Dios te ha dado para tu vida. Aceptar a Jesús como tu Salvador espiritual significa las puertas abiertas para tu destino. Sin la guía de Él, no podrás llegar a la meta final. Cuando tú acepta a Jesús como tu salvador personal, y comienza a buscarlo en espíritu y en verdad con todo tu corazón diariamente; Él empezará a revelar Su propósito para tu vida, cambiando tus lamentos en baile. Si te has decidido a buscar de Dios y de Su Palabra, repite esta oración conmigo, te aseguro que todo cambiará en tu vida.

Señor Jesucristo, vengo a Ti así como soy, un pecador (a) me arrepiento de todos mis pecados, límpiame de toda maldad, renuncio a Satanás, y a todas sus mentiras. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mí. Señor yo me entrego a Ti por completo, entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador. Hazme la persona que Tú quieres que yo sea, sana mi cuerpo, alma y espíritu, cúbreme con Tu preciosa Sangre, escribe mi nombre en el Libro de Vida, lléname con tu Espíritu Santo, gracias Señor por salvarme, gracias por hacerme una criatura nueva de Dios, en el nombre de Jesucristo Amén.

Jesús viene a darte vida y vida en abundancia. ¡Vive!
Escrito por v. Flores
www.ministeriosdesanidad.org


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