Dios le dijo: Adán, ¿dónde estás tú? (Génesis 3:9). Dios sabía dónde se encontraba Adán, pues Él todo lo sabe y todo lo ve. No hay nada oculto que Dios no lo sepa, por más que te escondas, Dios lo sabe todo y conoce todos tus pasos.
El salmista David reconoció que no podía esconderse del señor y le dijo: “Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu Presencia? (Salmo 139:3-7).
Cuando Dios buscó a Adán y le preguntó: ¿Dónde estás tú? No se refería al lugar donde se encontraba escondido, Dios se refería al alma de Adán.
¿Cómo estaban sus pasos? ¿Cómo pensaba? ¿Cómo estaba él espiritualmente, mas Adán le respondió al Señor: “Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo, Por eso me escondí. — ¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? (Génesis 3:9-13). ¿Dónde estás tú?
Andar en desobediencia, es andar desnudo en el pecado y eso hace que nos alejemos de Dios. Es necesario que hablemos con el Señor cada día, pues Él tiene el poder de escudriñar nuestros corazones.
No hay nada oculto para Dios, Él sabía la condición de Adán pero quería que él mismo le explicara lo que había hecho.
Al Señor le agrada que nos humillemos ante Su presencia en espíritu y en verdad con un corazón sincero, eso nos hace acercarnos en obediencia a Él.
La obediencia nos reviste con la cobertura del Señor, nos da dirección y temor a no hacer lo malo. Sin embargo, cuando andamos en desobediencia, caminamos escondidos, desnudos y sin la cobertura del Señor.
Dios nos hace esa pregunta a todos ¿Dónde estás tú? Y tú ¿Cómo estás? Quizás me dirás muy bien gracias, pero la realidad es otra. Es necesario que cada día nos revisemos en dónde estamos mal y alejarnos del pecado. Al Señor le agrada la sinceridad.
Dios es fiel para perdonar, pues a un corazón arrepentido y humillado el Señor no lo despreciará jamás. Cualquiera que sea tu condición, Jesús te ofrece la salida para darte la libertad que el mundo no te puede dar.
El mundo solo ofrece engaño y desilusión mas Jesús te ofrece la vida eterna. Hermanos, el Señor Jesucristo viene a tu vida porque te necesita, Él quiere que salga de ese encierro de dolor y desnudes para revestirte de Su gloria. Él quiere hacer de ti una vasija hermosa y servir de utilidad para Su Reino. No tardes más y sal a la Luz que es Cristo Jesús.
Señor Jesucristo gracias por tus palabras y por tu misericordia. Gracias por romper las cadenas que me ataban, ahora puedo decir que soy libre por tu misericordia.
Señor no hay nada oculto para ti, pues Tú sabe todas las cosa, Tú conoce mi caminar.
No quiero esconderme de tu presencia. Gracias por dirigirme al camino que Tú anhela para mí. Perdóname si te he ofendido, enséname a caminar cada día en obediencia a Ti. Te amo mi Señor. Amén.
Si no les ha dado tu vida al Señor como el Salvador espiritual de tu vida, te invito a que busque de Jesús; en Él encontrarás tu provisión. Repite con fe: Padre celestial, reconozco que soy pecador(a).
Me arrepiento de mis pecados. Creo que Jesucristo murió por mis pecados, que resucitó al tercer día y vive para siempre. Creo que Jesús es el Hijo de Dios. Abro la puerta de mi corazón y de mi vida, y lo recibo como mi Salvador.
Deseo que Él sea el Señor de mi vida. Gracias por salvarme y sanarme, en el nombre de Jesús, amén.
Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más en Su Palabra,
Comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo.
Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra.
Pídele a Dios que incremente tu fe y te de comprensión de su palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
Bendiciones,
Escrito el 17 de Junio de 2011
Escrito para www.ministeriosdesanidad.org
Bendiciones
