Por V. F.
“Yo soy la puerta; el que por Mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9).
El Señor Jesucristo es la Puerta, si entramos en ella, hallaremos salvación. Hoy el Señor está tocando la puerta de tu corazón, si le abre Él entrará en tu vida para salvarte y bendecirte, pero si no le abre, Él no entrará pues Él es caballeroso.
Jesús seguirá tocando tu puerta hasta que tú decidas abrirla. Por otro lado, el enemigo entra sin ser invitado, pues él no tiene educación. La puerta del enemigo está minada de oscuridad, mentiras, engaños y confusión, en cambio la Puerta de Jesús, está llena de Luz y vida eterna. Jesús es la Puerta, Él es el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Él. (Juan 14:6).
Jesucristo es la salvacion, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”(Hechos 4:12). Su sangre preciosa fue derramada para la remisión de nuestros pecados (Efesios 1:7). El Señor Jesús es la Puerta que nos conduce a la verdad, Él es la entrada a la Salvación.
Dios te está llamando hoy, Su Puerta está abierta para ti, Él te hace un llamado especial porque te ama con amor eterno. El anhelo de Dios es que entres en Su puerta. Si te sientes que no merece ese llamado, hoy el Señor te dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
“Vengan ahora. Vamos a resolver este asunto—dice el SEÑOR—. Aunque sus pecados sean como la escarlata, Yo los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, Yo los haré tan blancos como la lana. Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en Mí. En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, Yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí mismo, para que donde Yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:1-30).
“Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2).
“Yo Soy la Puerta; el que por Mí entrare, será salvo”. Hoy el Señor te extiende una invitación que cambiará tu vida para bien y no para mal. La Puerta está abierta esperando por ti.
Aceptar a Jesús como tu Salvador espiritual significa las puertas abiertas para tu destino. Sin la guía de Él, no podrás llegar a la meta final. Cuando tú acepta a Jesús como tu salvador personal, y comienza a buscarlo en espíritu y en verdad con todo tu corazón diariamente; Él empezará a revelar su propósito para tu vida. Si te has decidido a buscar de Dios y de Su palabra, repite esta oración conmigo, te aseguro que todo cambiará en tu vida.
ORACIÓN DE ARREPENTIMIENTO:
Padre celestial, reconozco que soy pecador(a). Me arrepiento de mis pecados. Creo que Jesucristo murió por mis pecados, que resucitó al tercer día y vive para siempre. Creo que Jesús es el Hijo de Dios. Te recibo como mi Salvador. Deseo que sea el Señor de mi vida. Gracias por salvarme. En el nombre de Jesús, amén.
Si decidiste convertirte en un cristiano en el día de hoy, bienvenido a la familia de Dios. Ahora, como una forma de crecer más cerca de Él. Comparte tu experiencia con otras personas de tu nueva fe en Cristo. Bautízate como lo ordenó Cristo.
Pasa tiempo con Dios cada día, simplemente desarrolla el hábito diario de orar y leer su Palabra. Pídele a Dios que incremente tu fe y te de comprensión de su palabra; aplícala en tu diario vivir. Encuentra una iglesia local en la que puedas adorar a Dios.
Que el Señor continúe bendiciéndote.
Escrito: El 29 de Diciembre del año 2012