Yo Soy Tu Socorro
El que habita al Abrigo del Altísimo morará bajo la Sombra del Omnipotente” (Salmos 91:1). Gracias Señor por la Promesa que nos da por medio de Tu Palabra. Gracias porque no estamos solos ni mucho menos desabrigados. Padre Eterno ayúdanos a confiar, perseverar y a no temer en esta prueba difícil, porque “sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su Propósito son llamados” (Romanos 8:28). También sabemos que “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. (Filipenses 1:6).
Padre mío y Dios mío estamos bajo tu Abrigo y bajo tu Cobertura siempre estaremos seguros del peligro y de la peste destructora. Padre Eterno, Jehová de los Ejércitos, Tú Eres mi Esperanza, mi Refugio y mi Castillo fuerte en quien confía mi alma. ¿Quién dijo miedo cuando Dios nos ha prometido a no temer? Dios nos promete que nunca nos dejará y nunca nos desamparará. En el nombre de Jesús ninguna plaga o mortandad tocará mi vida ni mucho menos mi casa en el nombre de Jesús. Hay poder en las palabras que salen de nuestras bocas y confesamos por fe que, ninguna plaga tocará nuestras moradas, ni muchos menos nuestros hijos y familias.
No temas, porque Yo Estoy contigo; no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la Diestra de Mi Justicia” (Isaías 41:10).
En el Nombre de Jesús no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Y todo el que lo cree diga: Amén.
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