Amiga mía, hermana mía, puedas que te sientas cansada, sin ánimo y sin fuerzas. Quizás ya no sabe cómo orar, pero hoy el Señor te llena de Su paz. “Él da fortaleza al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Isaías 40:29 (RVR1960).

Amiga mía y hermana mía, sé que ha llorado y te ha sentido triste porque no entiende por lo que estás pasando, pero tus lágrimas son efímeras, puedas que se trascienda hasta la noche, pero por la mañana habrá gritos de alegría. Muchas veces entra a tu habitación a llorar en silencio por el desprecio y el desengaño que tuviste y hasta ha llegado a pensar que todo se ha acabado y no tiene deseos de continuar. Hoy te animo a cobrar ánimo. Tú no fuiste creada para el desprecio, Dios te diseñó para hacer grandes cosas, eres altamente estimada por Él.

Amiga mía, hermana mía, muchas veces te has sentido muy triste porque piensas que Dios se ha olvidado de ti, no es verdad. El amor de Dios por ti es tan grande que grabado tiene tu nombre en Sus manos para nunca olvidarte.

Amiga mía, hermana mía, cansada estás con muchas cosas, descansa en la presencia de Dios y verás cómo Él resolverá todos tus problemas. El Señor nunca te pondrá cargas que tú no puedas cargar. El Señor, nunca permitirás que te ahogues, si lo hizo con Pedro, lo hará contigo también. Él extiende Su Brazo de poder y te dice: “Porque Yo, el SEÑOR, Soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: “No temas, Yo te ayudaré” (Isaías 41:13). “No temas, porque Yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo Soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, Sí, te Sostendré con la Diestra de Mi justicia” (Isaías 41:10).

Hoy te invito a que te agarre de esa fe que mueve montañas, aunque las cosas no vayan como tú la espera, recuerdas que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su Propósito son llamados (Romanos 8:28-39 (RVR1960). Amiga mía, recuerdas quién tú eres en Cristo, tú no eres cualquier cosa, eres hija del Gran Rey, Jehová de los Ejércitos es Su nombre. Amiga mía, levántate, regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel. Ya verás que todo pasa, porque por medio de tu circunstancia, verás la mano poderosa de Dios levantándote y bendiciendo tu vida como también tu familia. Amiga mía, hermana mía, aliéntese tu corazón, Dios abrirá pasos para que puedas pasar en victoria.

“Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más” (Apocalipsis 21:4 (NTV).

Escrito por: Buenav. Flores
www.ministeriosdesanidad.org


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

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