Yo he vencido.jpgCuando medito en lo que Dios ha hecho por mí y Su gran misericordia que Él ha tenido conmigo, me pongo a pensar que no hay palabras para agradecerle por lo que Él hizo por mí. Ese agradecimiento, me conduce a la obediencia y a vivir una vida agradable a Dios. Hoy me agarro a la sabiduría porque por medio de ella, me acerco cada día a Dios. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, la palabra del Señor nos dice en Proverbios 4:5-6 (RVR1960) “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de Mi boca; no la dejes, y ella te guardará; amala, y te conservará”.

El Señor nos manda a que busquemos la sabiduría porque procede de Él, Sus sabiduría y sus razones siempre nos librarán del peligro como también, nos guiarán por el camino que debemos de andar. El proverbio también nos exhorta a no olvidarnos de las razones que provienen de la boca del Señor. En verdad, estamos viviendo en tiempos difíciles y cargados de distracciones donde hemos llegado a olvidarnos de orar y buscar la presencia del Señor, o tal vez, realizamos actividades para el Señor en la iglesia pero ¿Hemos buscado Su presencia? ¿Hemos sacado un momento a solas con Él para alabarlo y bendecir Su nombre? ¿Cuándo fue la última vez que sacaste tiempo para buscar la presencia de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que buscaste a Dios en alabanza y adoración? ¿Cuándo fue la última vez que ayunaste y te levantaste antes del alba para buscar Su presencia? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste a solas con Dios?

Cuando nos olvidamos de Dios, o cuando estamos tan ocupados por los afanes diarios de la vida, corremos el riesgo de enfriarnos y volvernos mecánicos en los negocios del Señor. Ese es un grave problema debido a que la unción que manaba en nosotros desaparece. El alimento que da vida al alma es la Palabra de Dios y la relación que establecemos diariamente con Él. El Señor es la Vid y nosotros somos Sus ramas, por tanto, estamos conectados con Él. Cuando estamos conectados con el Señor, fluye Su Unción en nosotros como Ríos de agua Viva en todo nuestro ser. Una relación íntima con Dios nos ayuda a conocerlo y crecer cada día en Él. Una relación personal con nuestro Señor Jesucristo nos hace reconocer nuestra necesidad de estar en Su presencia y lo que Él puede hacer por cada uno de nosotros. El Padre Celestial, siempre ha anhelado comunicarse y alcanzar una relación personal con nosotros. Cuando buscamos Su presencia nos comunicamos con Él. Esa comunicación es la que Dios quiere con nosotros. El problema más grande en la familia de hoy es la falta de comunicación, los padres trabajan y llegan cansados y no pasan tiempo con sus hijos. Los hijos vienen a pensar que se olvidaron de ellos y empiezan a buscar consejos en fuentes equivocadas, es ahí, donde se rompe el núcleo familiar. Hoy el Señor anhela comunicarse contigo. Hoy nuestro Padre Celestial nos extiende Sus brazos y nos dice: “Búscame. “Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6) (RVR1960).

El Señor no nos va a reprochar, ni tampoco nos va a condenar por haber estado distraídos en muchas cosas, pero si nos va a decir con ternura: “No te olvides de Mí, porque Yo nunca me he olvidado de ti”. Estas palabras han sido de reflexión y de bendición a mi vida como también deseo que sea de bendición para ti, te animo a que medites en ésta corta reflexión. Si te ha encontrado desanimado por situaciones que han empañado tu fe y no tienes ganas de continuar, hoy te exhorto a buscar la presencia de Dios. Búscalo aunque no tenga fuerzas o aunque te sientas desanimado y cansado. Recuerdas que todo obra para bien y el Señor cubre tu espalda, Él nunca te dejará caer, ni mucho menos pasar vergüenza. Lo que Dios quiere es que lo busque en espíritu y en verdad, Él quiere comunicarse contigo, Él está esperando por ti. ¿Qué esperas?

No te desvies.jpgVoy a realizar una dinámica que te aseguro que te va a ayudar a crecer y a reabrir la línea de comunicación con Tu Padre Celestial, eso depende de ti.

1. Empieza la semana sacando un tiempo con el Señor nuestro Dios. No importa el lugar ya sea realizando los oficios. Para todo y éntrate en tu aposento, cierra la puerta y comunícate con Dios. Invítalo en tu morada, alábalo, dile que lo ama…

2. Continúa buscando Su presencia cada día y leyendo Su palabra.

3. Pídele a Dios que te dirijas a leer la Escritura, como por ejemplo, El último libro que Dios me dirigió a leer, estudiar y meditar fue en el libro de los Hechos. Recuerda que es una Asignación Celestial, debe de darle seguimiento día tras días.

4. Habla con Dios y dile cómo el libro puede relacionarse contigo y aplicarlo en tu vida.

5. No olvides humillarte ante la presencia de Dios por medio del arrepentimiento, y el perdón.

6. Cuando estés en la presencia de Dios, aprende a callar y escuchar la voz del Señor. Muchas veces, en nuestras oraciones, hablamos y hablamos, pedimos y pedimos, le contamos a Dios el problema mil veces como si Él no lo supiera. “Estad quietos, y conoced que Yo Soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra” (Salmos 46:10). (RVR1960)

7. Llénate de Su palabra, empápate de Su sabiduría y no te olvides del Señor Tu Dios.

Por Bv. Flores


Autora del libro “Venciendo los Miedos por fe: Corre para ganar”, está disponible en Amazon Kindle Edition | https://amzn.to/3Mz5Ztw

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