Cuando los israelitas estaban esclavos en Egipto, Dios los tomó de las manos, para cuidarlos y librarlos del mal. Dios guardó sus pasos para que nadie se extraviara. Dios los atrajo con cuerdas de amor y los libertó de la esclavitud rompiendo las cadenas. El Propósito de Dios para Sus hijos es y será de sanidad, liberación y salvación para ser usados en la Gran Comisión.
Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. Oseas 11:4
Jesús tuvo un encuentro con Pedro y Andrés y luego con Juan y Santiago. El encuentro de estos cuatro hombres con Jesús se produjo en un contexto totalmente normal y corriente, en su medio ambiente de trabajo. Los cuatro estaban llevando a cabo las tareas relacionadas con su profesión; la pesca. Lo único que Jesús les dijo: síganme; Él no tuvo que investigarlos, ni tampoco se interesó si eran letreados o no. Sólo les dijo: “Venid en pos de Mí, y os haré pescadores de hombres.” Ellos entonces, dejando luego las redes, le siguieron. Este encuentro desarrolló en ellos una fe verdadera y a la misma vez creó una respuesta firme y decisiva para confiar plenamente en las palabras que el Maestro les ofrecía.
Ellos dejaron todo y siguieron al Maestro. los discípulos pagaron el precio para seguir a Jesús en espíritu y en verdad. Jesús les dijo: Síganme; y ellos obedecieron la voz de Dios pagando el precio de abandonar todo y confiar en Él. Ellos pusieron en mano de Dios el sustento de sus familias porque la pesca era su sustento; de eso vivían para sostenerse y sostener a sus familias. Estos hombres se dieron completamente a Jesús; se abandonaron a Él por fe. La duda no tuvo lugar en sus mentes ni mucho menos en sus corazones porque confiaron en Jesús. Jesús los sacó de lo ordinario y lo colocó a posiciones extraordinarias. De estos cuatros pescadores se multiplicaron a doce. La encomienda que Jesús tenía para Sus discípulos fue una semejanza a un pescador. Cuando Dios nos lanza al terreno para evangelizar y llevar Su Palabra, debemos poseer todas las herramientas necesarias para cada tipo de personas; pero con un mismo mensaje: Jesús.
Este proceso es lento como cuando preparamos el terreno para sembrar una semilla, la cuidamos, le echamos agua, y a medida que va creciendo, la podamos hasta ver una planta hermosa. En la evangelización es lo mismo, sembramos la Palabra de Dios a las almas y lentamente con perseverancia a nos ganamos a esa persona para Cristo. Éste es un acto de fe porque Dios nos prometió que Sus Palabras no retornarán vacía, se quedarán en el corazón al cual es enviada. El propósito de Dios para tu vida es que lo busque; Él nunca te dejará desatendida (o) ni sedienta (o), más bien te llenará de Sus ricas bendiciones. Los discípulos después de haber escogido seguir a Jesús, obtuvieron todas las riquezas de su Padre. Juan nos dice en Salmos 37:25 “Joven fui y he envejecido, y no he visto justo desamparado ni a su descendencia que mendigue pan.” Dios era la provisión para Sus discípulos, nunca les faltó nada. Me pregunto: Si Jesús te dice hoy: Sígueme. ¿Irías con Él como lo hicieron Sus discípulos?
Jesús es el camino, la verdad y la vida; nadie llegará al Padre si no es a través del Hijo. Es a través de Jesús que tus necesidades son contestadas, porque Él va al Padre para interceder por ti. Jesús es el camino, para la salvación; no es a través de buda, no es por medio de María, no es a través de estatuas, no es a través del papa, no es a través de religiones; es a través de Jesús de Nazaret que recibimos salvación. Los discípulos soltaron sus redes, también tú lo puedes hacer. Ellos eran ordinarios como tú y como yo; y Dios los colocó en posiciones extraordinarias. Si hay vacío en tu alma y no sabes qué hacer; abre la puerta de tu corazón a Jesús y Él te recibirás con los brazos abiertos. Me dirás: “mis pecados son grandes y no soy digna (o) de que Jesús entre a mi corazón.” Te diré que con esta expresión, ya Él te ha perdonado y sanado. Jesús solo quiere de ti que lo sigas, por lo demás, Él se encargará de pulirte como a una vasija nueva borrando todo tus pecados y pasado. Es cuestión de despojarnos de lo que nos ata; es cuestión de soltar lo que nos tiene encarcelados, y amarrados. Jesús tiene la llave para desatar ese candado que te tiene preso (a), pero está de tu parte si tú quiere salir de esa prisión.
Suelta a esa persona que te traicionó, perdónala y bendícela. Suelta a ese hombre que abusó de ti; perdónalo y bendícelo en el nombre de Jesús y serás libre. Suelta a esa vecina (o) que habló mal de ti y barrió el piso con tu nombre, suéltala y ora por ella. Pídele a Dios que te perdone. Una vez que te decides a despojarte de todas esa redes que te han enredado, recibirás paz, liberación y una mente liberada en el nombre de Jesús. Jesús te está llamando para que forme parte de la Gran Comisión y llevar el evangelio de Dios a toda criatura. Jesús te está jalando con sus cuerdas de amor para salvación. Para ser salvo debe dar el paso de fe y aceptarlo como tu Señor y Salvador espiritual. Si te ha decidido, repite conmigo esta oración que cambiará tu vida.
Oración:
Señor Jesucristo, vengo a Ti así como soy, un pecador, me arrepiento de todos mis pecados, perdóname, límpiame de toda maldad, yo perdono a todos los que me han hecho daño. Reconozco que eres el Hijo de Dios y que pagaste el Precio en la Cruz por mi. Señor me entrego a Ti por completo, entra a mi corazón, te acepto como mi Señor y Salvador. Hazme la persona que Tú quieres que yo sea. Sana mi cuerpo, alma y espíritu, cúbreme con Tu preciosa sangre. Te pido que inscriba mi nombre en el Libro de la Vida. Gracias Señor por salvarme, gracias por hacerme una criatura nueva de Ti, en el nombre de Jesucristo Amén.
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