Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7, RV60).
Dios no te ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio. El miedo es un espíritu malo; y el mundo está asediado por él. El espíritu del miedo se presenta en el pasado, en el presente y en el futuro. No importa en la época que este se presente, causa el mismo estrago: Miedos.
Existen muchas personas que viven toda una vida atrapados por este espíritu maligno y no saben qué hacer. A todos nos ha dado miedo, especialmente en esta crisis pandémica que nos ha tocado vivir; la diferencia es cómo vamos a proceder en medio de esta situación tan difícil. Nos vamos a consumir por el miedo y dejar que este nos subyugue; o vamos a combatirlo con la Promesas que Dios nos brinda por medio de Su Palabra. Es necesario que clame con tu boca las Palabras que Dios te ofrece, porque las Palabras de Dios tienen poder. Cada vez que clama por tu boca la Palabra de Dios, el enemigo huye de ti.
Dice la Palabra de Dios “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros” (Santiago 4:7, RV60). El enemigo no puede resistir nada que venga de Dios.
¿Cómo voy a resistir a los miedos? Confesando con tu boca lo que Dios dice por medio de Su Palabra y aplicándola a tu vida. Creyendo por fe lo que Él nos dice. “Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga Yo quebrantar delante de ellos. Porque he aquí que Yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque Yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte” (Jeremías 1:17-19, RV60).
Dios es nuestro Sanador, nuestro Baluarte y nuestro Pronto Auxilio en la tribulación; Jehová de Los Ejércitos es Su Nombre. No estamos solos; Él pelea nuestras batallas.
Dios nos continúa repitiendo desde Genesis hasta Apocalipsis a no temer. El Todopoderoso nos dice en medio de esta situación difícil: “No temas, porque Yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo Soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de Mi Justicia” (Isaías 41:10, RV60). También Dios nos dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
“Porque Yo Jehová Soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, Yo te ayudo” (Isaías 41:13).
Someternos a Dios es un proceso por el cual, vamos a crecer y desarrollarnos espiritualmente por medio de Su Palabra. Someterse a Dios significa poner la mirada fija en Él y en Su Palabra; es ahí donde Él nos provee las direcciones para saber cómo pensar, cómo hablar, y cómo tomar deciciones en tiempos difíciles. La situación que estamos pasando desautoriza lo que Dios ya determinó para nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos y de nuestras familias. Dios tiene un Plan perfecto para cada uno de nosotros, por tanto, no temas ni desmayes. Aunque gigantes, y virus traten de atacar; recuerdemos que Dios pelea por nuestras batallas. Busquemos de Dios y Su Palabra cada día y de seguro; veremos Su gloria. Cuando mantengo mis ojos fijos en Dios; Él por Su misericordia me brinda dominio propio y ya no tengo miedo.
Oremos: Señor Jesús perdóname cuando me ha dado miedo. Te pido que me aumente la fe y me ayúde a creer y depender de Ti aun en medio de las tormentas más difíciles. Mi alma reposa en Ti oh Dios Creador de los cielos y de la tierra. Gracias Señor porque hasta aquí me has traído y me ha guardado. Rogamos por todas aquellas personas que están enfermas, pidiéndote Dios que tenga misericordia de ellas y les brinde sanidad. Padre, en el Nombre de Jesús clamo una cobertura especial sobre toda persona que está leyendo este mensaje, que la peste destructora no entre en sus vidas ni tampoco en sus hogares. Lo creemos por fe. Amén.
Escrito por Bv. Flores
www.ministeriosdesanidad.org