Jesús pagó el Precio de mi libertad, Su Sangre Preciosa, pagó mis pecados. Señor Jesús, gracias por liberarme, rescatarme y sacarme del huyo cenagoso, mil gracias. El enemigo se creyó que había ganado, pero Tú oh Dios, lo venciste desde el Principio. Señor si Tú lo venciste, nosotros somos más que vencedores. Padre mío y Dios mío, gracias por la esperanza, el perdón y la vida eterna. Gracias por el Precio que pagaste por mí. Padre, Tu eres mi Pastor, enséñame a caminar siempre en tus Caminos. Guíame en tu dirección, porque sé que, bajo Tu dirección, nunca estaré perdido. Te Amo mi Señor.
“Yo Soy la Vid verdadera, y Mi Padre es el Labrador. Toda rama que en Mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. Permanezcan en Mí, y Yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en Mí.” Juan 15:1-4
Padre, Tú Eres la Vid y nosotros somos Tu ramas, por tanto, estamos conectados a Ti, Padre permanecemos en Ti. Te Amo mi Señor.