Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18
Padre Eterno, Padre Celestial, te doy gracias porque nunca me has dejado. Tú has sido mi socorro y mi fortaleza en tiempo donde más lo he necesitado. Aun mis palabras no salen de mis labios, y ahí estas Tú concediéndome mis peticiones.
Señor, Tú me ha sanado y me ha bendecido con todo lo que he necesitado.
Gracias Señor por mi salvación y por el Precio que pagaste en la Cruz por amor a mí. Gracias por perdonarme y repararme.
Padre mío y Dios mío, gracias porque en los momentos cuando me he sentido sola, cuando todos me han dejado; Tú nunca me ha dejado. Por eso te alabo y te doy mil gracias.
Gracias por fortalecerme y sanarme, oh Señor, clamé a Ti y Tú me sanaste. Mi socorro ha sido Tú Dios de mi salvación.
Gracias por fortalecerme, me levanto y me fortalezco en tu fuerza. Si tengo Tu fortaleza, el enemigo no podrá vencerme.
Padre Eterno, dirígeme en todas mis decisiones, que cada paso o cada movimiento sean siempre dirigidos y consultados por Ti oh Dios. Señor, vivo agradecida por todo lo que Tú ha hecho y hará en mí. Te amo mi Señor. Amén.
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