Por vuestra poca fe. De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20).
El Señor Jesucristo tiene la habilidad de resolver todas tus necesidades y tus problemas, Él solo demanda que tu fe sea aumentada. Él quiere que tu fe se convierta en una semilla para que pueda crecer.
¿Y cómo es eso? Todos los que saben de jardinería al momento de sembrar una semilla esta se encuentra seca pero viene el Señor todopoderoso y cambia su estado natural y la trasforma a ser una planta hermosa. Así nos encontramos muchas veces sedientos y hambrientos por recibir de Dios, y Él con su Fuente de agua viva nos resplandece y nos da vida.
El Señor Jesucristo nos dice en Mateo 17: 20 que nuestra fe en Dios es como una semilla de mostaza. Esto quiere decir que si depositamos nuestra fe en el Señor creyendo que Él hará, así será lo que le pedimos. Esto es cuestión de solo creer en el poder de Dios por medio de la fe.
Cuando Pedro caminó sobre las aguas, él no caminó así por así, su fe tuvo un factor muy importante para que ese gran acontecimiento milagroso suceda, en pocas palabras, Pedro puso su fe en acción porque le creyó al Señor.
Las dudas fue el problema porque la fe y las dudas no caminan juntas, es mas déjame decirte una cosa: las dudas empaña la fe, las dudas hace que los milagros no se realicen. Cuando meditamos y leemos la Palabra del Señor, podemos notar que las mayorías de los hijos del Señor fueron bendecidos por su fe. Ellos se aferraron a una fe arrebatadora sin importar el qué dirán de los demás.
¿Cuántas veces llamaron a Noé loco y se burlaron de él por obedecerle a Dios cuando empezó a construir el arca? Muchas veces. Noé creyó en Dios y su fe salvó a todas sus familias del gran diluvio. El monte de Noé fueron las burlas de las gentes.
Me preguntarás: ¿Que son los montes? Los montes son los problemas y circunstancias de la vida, son los obstáculos que el enemigo te tiende. Todo lo que impida llegar a la presencia del Señor es un monte, todo lo que detiene tu crecimiento para que sea exitoso es un monte.
El monte puede reflejarse en una dificultad, en una enfermedad, también en una depresión, en una esterilidad, en una pérdida de trabajo y en todo lo que no te hace avanzar. ¿Cuál es el monte que impide tus éxitos? ¿Cuál es el monte que tiene que remover en tu vida? ¿Cuál es el monte que impide llegar a los caminos de Dios? Una semilla cobra vida cuando la plantamos y le echamos agua de igual manera es la fe cuando es alimentada por la palabra de Dios.
“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Así como la semilla es plantada en buen terreno, tu fe también. Cuando Pedro caminó sobres las aguas él se determinó a caminar por fe, esa fe fue tan genuina que hasta con su sombra los enfermos eran sanados.
En realidad el poder del Espíritu Santo estaba sobre Pedro para realizar milagros de parte de Dios pues el Señor, usa a hombres y mujeres de fe. Pedro habló por fe que quería caminar sobre las aguas y así fue. Si piensas que no tiene fe, es tiempo de pedírsela a Dios y Él te la dará. Así como las plantas necesitan agua para crecer, los cristianos necesitan la palabra de Dios para alimentar la fe.
«Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito» (Josué 1:8)
Quizás te sientes que tu fe se ha esfumado y no tiene ninguna, tal vez te ha sentido que no ve el milagro o que tus peticiones no son contestadas. Si te sientes que tiene poca fe, o ninguna, pídele al Señor que te aumente la fe.
Los apóstoles se sintieron insuficientes ante las tribulaciones y las tormentas, pero llegó un momento que le pidieron al Maestro que les aumente la fe. Y los apóstoles dijeron al Señor: ¡Auméntanos la fe! (Lucas 17:5). Empieza a declarar por fe lo imposible, declara lo que no se ve como si lo estuviese viendo en el nombre de Jesús. Háblale a tus montes y échalo fuera de tu camino, usa la autoridad que Dios te ha dado en el nombre de Jesús. Decláralo y así será. Llénate de esa fe arrebatadora y exige lo que legalmente te pertenece en el nombre de Jesús.
Bendiciones