Tu Fe te ha Sanado Ve en Paz
Son muchas las enseñanzas que Dios nos habla a través de la historia de la mujer del flujo de sangre en Marcos 5:25-34, y nos dice:
“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó Su Manto. Porque decía: Si tocare tan solamente Su Manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en sí mismo el poder que había salido de Él, volviéndose a la multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado? Pero Él miraba alrededor par, a ver quién había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de Él, y le dijo toda la verdad. Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote” (Marcos 5:25-34).
Hay 5 causas desesperantes en esta mujer:
1. Estaba enferma por doce años y los médicos ya la habían desahuciado.
2. Había gastado todo su dinero en doctores.
3. La sociedad la despreciaba
4. Estaba desesperada
5. Quería vivir y en su lucha buscar la salida.
La mujer del flujo de sangre padeció por doce años con esa condición, dice la Palabra de Dios que ella había gastado todo su dinero en doctores y nadie la pudo curar. Sus esfuerzos por alcanzar la sanidad habían sido inservibles. A parte de su enfermedad, ella enfrentaba el rechazo de las gentes.
La sociedad la rechazaba debido a su problema de sangre. Para la sociedad de aquel tiempo, ella era impura, estaba en pecado y no podía entrar en contacto con los que estaban sanos. Tal vez la sociedad te haya despreciado, pero hoy te digo: Dios no hace acepción de personas. ¿Qué es acepción de persona? Acepción de persona significa que, Dios anhela que todos nosotros seamos salvos sin importar tu color, lo que hayas hechos en tu pasado, si eres rico o pobre o de qué nacionalidad; Él te recibe. En Romanos 2:11 el apóstol Pedro reconoció que Dios “no hace acepción de personas.
No sabemos el nombre de esta mujer, pero sí sabemos su historia y la valentía de ella, que, a pesar de sus obstáculos, rechazos, y enfermedad, ella luchó por fe hasta lograr su sanidad Divina de parte de Dios. En su desesperación, ella no se dejó consumir por el miedo o esperar la muerte. La ciencia no pudo buscar la solución a sus problemas y en el proceso, ella no se quedo de brazos cruzado; ella peleó en busca de su sanidad. Cuando ella oyó hablar de Jesús se activó su fe. La que anduvo sin esperanza por doce años, se llenó de fe y esperanza al escuchar acerca de Jesús y Su poder de sanidad. Nuestro Señor Jesucristo tiene todas las respuestas a nuestros problemas. Ella encontró su respuesta en Él porque lo buscó por fe y de todo corazón. La mujer creyó que Dios la iba a sanar diciendo por fe: Si tocare tan solamente su manto, seré salva.
En la historia de esta mujer, encontramos que hay esperanza, Jesucristo es nuestra esperanza a todos nuestros problemas. Esta mujer había oído hablar de Jesús, Dios es el mismo de ayer, de hoy y para siempre. Hoy puede que estés atravesando por un problema o una enfermedad, recuerdas que Jesús todo lo puede. Jesús es Salvación, paz y sanidad, de Él mana sanidad con tan solo tocar Su Manto. ¿Cómo puedo tocar Su Manto? Creyendo por fe y rindiéndote a Él en espíritu y en verdad como esta mujer lo hizo. La mujer se decidió tocar el borde de Su Manto y recibió su sanidad, que espera tú.
Dios te continúe bendiciendo, llenándote de Su favor y gracia y sanando todas área de tu vida.
Mensaje de Dios para Su gloria
Escrito por B. Flores
www.ministeriosdesanidad.org