“Reprime tu llanto, las lágrimas de tus ojos, pues tus obras tendrán su recompensa: tus hijos volverán del país enemigo afirma el Señor. Se vislumbra esperanza en tu futuro: tus hijos volverán a su patria afirma el Señor” (Jeremías 31: 15-17).

Cuando era muy niña no existía tanta competencia en la escuela de cómo vestir, calzar o cómo hablar. Mi niñez fue muy sana en el sentido que iba a la escuela con la misma ropa y eso no causaba absolutamente nada entre mis compañeros de clases puestos que todos estábamos en la misma necesidad. A diferencia de esos tiempos comparados con los tiempos de hoy, podemos notar que la competencia entre los jóvenes es muy seria en todo el sentido. El acoso entre los estudiantes en las escuelas es inmenso. El acoso es la causa que provoca traumas y descarrilamientos entre los jóvenes de hoy. Cuando un niño es intimidado en la escuela por sus compañeros esto le provoca baja autoestima y hasta no tiene deseo de asistir a la escuela. El acorralamiento entre los jóvenes en las escuelas ocasiona depresión conllevándolo a pensamientos suicidas.

Hace unos días, una estudiante en el estado de California se quitó la vida debido a que sus compañeros de clase se reían de ella y la acosaban constantemente. Lo preocupante de esta emergencia familiar, es que esta pasando cada día y nadie hace nada para resolver la situación. Otra de las preocupaciones en el sistema escolar son las armas de fuego en los planteles escolares. Lamentablemente estos casos pasan tan a menudo que ya nadie se sorprende. ¿Qué está pasando? Las drogas es otro asunto que nadie quiere hablar, pero también está infiltrada en las escuelas. En esa atmosfera contaminada es donde nuestros hijos asisten cada día. Penosamente, las escuelas no son como las escuelas de antes, el enemigo se ha entrado en las escuelas de manera muy sutil en el currículo educativo. Cada vez sacan las cosas buenas e instalan las malas. Pareciera que el enemigo está ganando la pelea, eso es lo que el se cree. Satanás fue vencido desde el principio.

A causa de esta preocupación, como padres ¿Qué debemos hacer? Si eres una guerrera de Dios, si eres un guerreo de Dios, levanta tu voz en ayuno y oración, pues ese genero solamente se rompe con ayuno y oración. Como padres necesitamos discernimientos y dirección de Dios para saber cómo vamos a orar. Satanás está muy ocupado en sus negocios de maldad, su intención es desbaratar la unidad familiar que Dios planificó mucho antes que formara el mundo. Dios es unidad en cambio el adversario es desunidad. El enemigo se disfraza de muchas maneras para engañar a los jóvenes. Como creyentes, la manera que podemos hacerle frente a Satanás es por medio de la oración y el ayuno. Orar por nuestros hijos ayuda a que ellos caminen por el camino correcto. El Señor tiene la habilidad de hacer nuevas cosas a favor de nuestros hijos.
Madres, padres, no nos cansemos de interceder por nuestros hijos. Nuestros hijos nos necesitan. Algunas veces pensamos que ellos no nos escuchan, ellos sí nos escuchan.

Lamentaciones 2:19-21 (NVI) nos dice que como padres es necesario interceder por nuestros hijos a todas horas especialmente en la noche “Levántate y clama por las noches, cuando empiece la vigilancia nocturna. Deja correr el llanto de tu corazón como ofrenda derramada ante el Señor. Eleva tus manos a Dios en oración por la vida de tus hijos, que desfallecen de hambre y quedan tendidos por las calles”.

Oremos:

Padre Eterno, Dios todopoderoso, llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Padre Tú que habita en las alturas y ere tres veces Santo, venimos ante tu presencia porque reconocemos que Tú todo lo puede y no hay nada imposible para ti oh Dios. Ante de entrar en Tu presencia, reconozco que soy pecador(a), me arrepiento y te pido perdón. Señor Tu Palabra cobra vida en mi vida donde Tú dice en tu Palabra “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. Señor Jesús, reconozco que sin Ti nada puedo hacer. Tú eres mi sostén y mi alto refugio en tiempo de tribulación. Mira mi casa, he decidido depositar mi confianza en Ti oh Dios. Tu Palabra cobra vida en mi casa donde Tú dice “Mi casa y yo serviremos a Jehová”, Señor lo creo por fe. Padre, ¿Qué hay imposible para Ti? Tú eres el Dios de lo imposible. Tú abre camino donde no hay camino. Señor, Jesús, te presento a mis hijos y a los hijos de todas las personas que están leyendo este mensaje. Declaro en el nombre de Jesús que nuestros hijos están cubiertos por la sangre de Cristo y el enemigo no prevalecerá contra ellos. Ninguna arma forjada contra mis hijos prosperará en el nombre de Jesús. Padre Eterno Dios Omnisciente, el que todo lo sabe, te pido que Tú ordene de antemano a las amistades que se van a acercar a mis hijos. Padre ordena amigos con mentes positivas y con un corazón de propósitos ordenados por Ti. Señor, si vienen amigos malos y rebeldes, que necesitan ayuda, permite que mis hijos sean ejemplos y ellos puedan cambiar. Señor, si esos amigos rebeldes solo vienen para interrumpir el propósito que Tú tiene para mis hijos, sácalos del camino de mis hijos. Señor, de rodilla clamo por mis hijos, guarda sus entradas y sus salidas. Padre declaro que mis hijos terminarán sus escuelas, sus universidades y los veré graduarse en el nombre de Jesús. Señor abre puertas de buenos trabajos a mis hijos, bríndales ideas y creatividad porque ellos son cabeza y no cola. declaro la protección de salmos 91 sobre mis hijos en el nombre de Jesús. Padre mío y Dios mío, de rodillas intercedo por mis hijos. ¡Amén!

Escrito por: Bv. Flores
www.ministeriodesanidad.org

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