Desde muy temprana edad, David tuvo poder para matar a un león y a un oso, nadie supo esa hazaña de valentía hasta que él lo reveló al rey Saúl cuando iba a hacerle frente al gigante Goliat. Esa valentía le sucedió a David antes de ser el rey de Israel. Una vez siendo rey, David tenía soldados en su mando y todas las armas para hacerle frente a sus enemigos. David fue un hombre muy temeroso de Dios, en medio de sus problemas, su socorro no eran las armas sino Jehová. El verdadero socorro viene de Jehová. Dios es quien nos socorre en situaciones, si lo hiso con David, también lo hará con nosotros también. Dios es Todopoderoso para socorrerte y sanarte. Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día, ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”. Salmos 121:1-8 (RVR1960)
Padre Celestial, Jehová de los Ejércitos. Creador de los cielos y de la tierra, hoy te miraré a Ti y no al problema. ¿Señor, hoy alzaré mis ojos a los cielos porque sé que mi socorro viene de Ti. Habrá algo difícil e imposible para Ti? Para Ti oh Dios no existe nada que Tú no pueda realizar. Tú todo lo puedes. Gracias Señor por librarme de caídas y de tropiezos. Amado mío, gracias por cuidarme de noche y de día. Gracias por ayudarme y resolver mis problemas. Gracias por ser mi socorro. En el Nombre Poderoso de Jesús te doy gracias. Amén.
Inspiración por: El Espíritu Santo
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