Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23 (RVR1960).
La Biblia nos enseña que tenemos que guardar el corazón porque al hacerlo, nos irá bien. El proverbio empieza diciéndonos que, “Sobre toda cosa guardada, guarda el corazón; porque de él mana la vida. ¿Y cómo voy a guardar mi corazón?
Esta referencia bíblica no se refiere al corazón o al tejido muscular que se encarga de bombear la sangre por el sistema circulatorio, mas bien, se refiere a la esencia interna del ser humano. Es ahí donde manan los sentimientos, los pensamientos, los deseos y las alternativas que optan las personas en la vida. Todo eso sale del corazón.
Cuando las personas padecen de alta presión y del corazón, los médicos les recomiendan buenas dietas alimenticias y hacer ejercicios para prolongar la vida y estar saludable. Refiriéndome al tejido muscular, si no cuidamos el corazón, éste puede ser afectado por enfermedades cardíacas muy dolorosas. Ahora, existen otras dolencias que salen del corazón que puede perturbar el crecimiento del ser humano tales como raíces de amarguras, falta de perdón y resentimientos. Cuando crecen estas raíces de dolor, las personas se enferman física y espiritualmente. El desarrollo de estos malos pensamientos afecta la conexión espiritual con Dios.
Hoy el Señor nos recomienda a todos guardar el corazón, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19 (RVR1960).
Dentro de estos malos pensamientos, hay uno que está cobrando auge en la sociedad que son los pensamientos suicidas. Los pensamientos suicidas solo sobreviven dentro de una atmosfera cargada de dolor, depresión y desalientos. El sinónimo de desaliento es desánimo, abatimiento, decaimiento y desmoralización. Así se siente una persona cargada y sin esperanza, de modo que, todo esto conlleva a que la persona piense que no existe esperanza para él o para ella.
La Palabra de Dios que se encuentra en la Biblia, tiene la solución para combatir toda desesperanza.
Jesús es tu única esperanza y en Su Palabra encontrarás motivos para vivir. ¡Hay vida en la Palabra de Dios! Toma las promesas que habita en la Palabra de Dios y deposítala en tu corazón.
Cuando acepta a Jesús y deposita Su Palabra en tu corazón, Él habitará en él. Dios te librará que los malos deseos hagan raíces en tu vida. No permitas que los malos pensamientos hagan nidos en tu mente y en tu corazón. Tú tiene las Armaduras de Dios para reprenderlos en el nombre de Jesús.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” ((NVI).
Oremos: Padre, en el Nombre de Jesús te doy gracias por la vida. Clamo vida a todo aquel que está leyendo este corto mensaje. El Señor tiene Planes Eternos para ti, el enemigo lo sabe y va a buscar obstáculos para desviarte del Plan de Dios. En momentos cuando te sientas triste y sin esperanza, recuerdas que Cristo te ama y dio la vida por ti. Él te dice en este día, “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo” (…Isaías 43:2).
Porque Yo sé muy bien los Planes que tengo para ti —afirma el Señor—, Planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darte un futuro y una esperanza.
Jesús es tu esperanza, levántate, cobra vida y búscalo.
Escrito por Bventura Flores
www.ministeriosdesanidad.org