“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis;
Madres Unidas en Oración por Sus Hijos
“Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:7, RV60).
La oración es un poderoso recurso que Dios nos ha dado para interceder por nuestros hijos. Cuando nos unimos en oración, confiando en Su Palabra, se desatan milagros y Su poder se manifiesta en maneras que a veces ni podemos imaginar. Al clamar por la salvación y el bienestar espiritual de nuestros hijos, nos aferramos a la promesa de que Dios escucha nuestras súplicas y obra en sus vidas con propósitos eternos. Incluso aquellos hijos que parecen estar perdidos o rebeldes están en las manos de un Dios misericordioso que nunca deja de amarlos.
La Fe: Ver Más Allá de lo Visible
Agarrarnos de la fe significa que debemos ver a nuestros hijos no con los ojos humanos, sino con los ojos de la fe. Los ojos humanos perciben los temores, las imperfecciones y los errores que nuestros hijos pueden cometer. Sin embargo, los ojos de la fe ven más allá de las circunstancias actuales; ven lo que deseamos y esperamos para ellos, confiando en que Dios tiene un plan bueno y perfecto para sus vidas. Es fundamental declarar por fe lo que parece imposible y creer que lo veremos cumplido en el nombre de Jesús.
Sabiduría en la Comunicación con Nuestros Hijos
Como madres, debemos ser sabias en la manera de comunicarnos con nuestros hijos. No se trata de gritarles o castigarlos duramente, sino de hablarles con amor y firmeza, recordando que los tiempos en los que vivimos son distintos a aquellos en los que fuimos criadas. Nuestros hijos enfrentan presiones y desafíos únicos, y aunque esto no significa que debamos permitirles hacer lo que quieran, sí implica que debemos guiarles con comprensión y paciencia.
Tener a Cristo en nuestro corazón nos llama a dar ejemplo de amor y a hablarles a nuestros hijos de manera que no se exasperen. Efesios 6:4 nos advierte: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (RVR1960). Este consejo divino es un recordatorio de que, así como Dios nos llama a criar a nuestros hijos con disciplina y amor, también les ordena a ellos obedecer y honrar a sus padres, para que les vaya bien en la vida.
El Poder de las Palabras
La forma en que nos comunicamos con nuestros hijos tiene un impacto profundo en su vida. Las palabras que pronunciamos pueden construir o destruir. Por eso, debemos tener cuidado de no declarar maldiciones sobre ellos en momentos de ira o frustración. En lugar de decir cosas como “No servirás para nada” o “No llegarás a ningún lado”, debemos hablarles palabras de vida y bendición. Madres unidas en oración por sus hijos se comprometen a orar sin cesar, declarando las promesas de Dios sobre sus vidas: “Mi casa y yo serviremos a Jehová” (Josué 24:15). Creemos en esas promesas y las proclamamos sobre nuestros hijos cada día.
La Oración Eficaz
Santiago 5:16 nos enseña que “la oración eficaz del justo puede mucho” (RVR1960). Pero, ¿qué es una oración eficaz? Es una oración que nace de un corazón humilde y arrepentido, que se rinde completamente a Dios y busca Su voluntad. Una oración eficaz no se centra solo en las necesidades y problemas, sino que comienza con alabanzas y acción de gracias, reconociendo que Dios es omnisciente y está al tanto de todas nuestras circunstancias. Jesús mismo nos dio el ejemplo de la importancia de la oración diaria, como lo vemos en Lucas 5:16: “Mas Él se apartaba a lugares desiertos, y oraba” (RVR1960).
Declaraciones de Fe por Nuestros Hijos
Como madres, tenemos la responsabilidad de orar y declarar palabras de vida sobre nuestros hijos, tal como lo hizo el rey David por su hijo Salomón: “Asimismo, da a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la casa para la cual yo he hecho preparativos” (1 Crónicas 29:19, RVR1960). En el nombre de Jesús, proclamamos salvación, sanidad y liberación sobre nuestros hijos. Declaramos que ellos serán hombres y mujeres de bien, guiados por el camino de Dios, y que ningún vicio o tentación tocará sus vidas. Oramos para que sean profesionales exitosos, y que mantengan los principios cristianos inculcados desde su niñez.
La Lucha Espiritual
Es crucial recordar que nuestra batalla no es contra carne ni sangre, sino contra fuerzas espirituales del mal. Efesios 6:12-18 nos exhorta a tomar toda la armadura de Dios para poder resistir en el día malo. Nuestra posición como padres es interceder constantemente, cubriendo a nuestros hijos con la oración y confiando en que Dios tiene el control. Satanás no puede resistir a una madre o un padre que se arrodilla ante Dios para clamar por sus hijos; la oración es tan poderosa que el enemigo no tiene más remedio que huir.
Oremos
Amado Padre Celestial, venimos ante Tu presencia sabiendo que sin Ti nada somos. En nuestras circunstancias, a veces no sabemos cómo luchar o cómo orar por nuestros hijos. Hoy hemos aprendido que solo Tú tienes la habilidad y el poder para salvar, transformar y restaurar. Ayúdanos a saber cómo hablarles a nuestros hijos, danos la sabiduría y el amor para dialogar pacíficamente con ellos. Te pedimos que ordenes los caminos de nuestros hijos, que los guardes del mal, y que pongas en su vida amigos que sean obedientes y temerosos de Ti. En el nombre de Jesús te lo pedimos. Amén.