Una persona lo puede tener todo en la vida, buen trabajo, carro del año, familia, hogar y un buen ingreso para vivir bien. Dentro de todas sus comodidades, dentro de lo más profundo de su ser, existe algo para complementar esa felicidad: Jesucristo.
Marcos 10: 17-27 describe la historia sobre un joven que sabía que algo faltaba en su vida. Corrió hacia Jesús, se arrodilló ante Él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Marcos 10:17-27 (RVR1960).
Nada de sus riquezas satisfizo, en su interior algo muy importante le faltaba. El joven de esta historia gozaba de riquezas, juventud y posición en la sociedad. En otras palabras, la relación que este joven tenía con los demás se relacionaba con sus riquezas y con las conexiones que establecía con otros grandes empresarios adinerados. Por más relaciones que tengamos con los amigos, empresarios y colegas, ellos nunca van a llenar el vacío del corazón. El Padre Eterno nos creó para Él y para tener una relación íntima con Él por medio de Su Hijo amado Jesucristo.
En medio de esa búsqueda y necesidad, Dios va restaurando y cambiando el corazón llenándolo por completo. De manera que, Jesús es el Único que tiene el poder para llenar el corazón. Las riquezas, los éxitos y todas las cosas materiales, nunca llenarán el corazón o nos hará completo. No estoy diciendo que el tener bienes y cosas materiales es malo, al contrario, es bueno cuando han sido trabajado con sacrificios. Mi enfoque es poner la mirada en Jesús y no en los bienes materiales. !!cuán difícil les es entrar en el Reino de Dios, a los que confían en las riquezas! Todo tiene su tiempo y es tiempo de buscar al Señor para estar completo en todas las áreas de nuestras vidas. Dios nos promete que, si busca primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33 (RVR1960)
“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él 1 Juan 2:15 (RVR1960).
www.ministeriosdesanidad.org