Jesús Sana y Salva
El título Jesús Sana y Salva resume la obra de Cristo, quien en su ministerio terrenal mostró Su poder para sanar y Su amor incondicional para salvar a todos los que se acercan a Él con fe. En el pasaje de Mateo 8:5-13 (RVR1960), se narra cómo un centurión se acercó a Jesús, demostrando una fe excepcional. El centurión, a pesar de no ser judío ni seguidor del Mesías, tenía una profunda convicción en el poder de Jesús para sanar a su criado, quien estaba postrado y sufriendo.
¿Quién era el centurión?
El centurión era un oficial del ejército romano con autoridad sobre cien soldados. Este hombre, a pesar de su posición y de pertenecer a un grupo considerado pagano y opresor por los judíos de esa época, mostró una fe y humildad notables al dirigirse a Jesús. Reconoció Su autoridad, diciendo: “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.” La respuesta de Jesús no solo muestra Su disposición a sanar, sino que también revela Su amor y gracia, que no discriminan. Jesús dijo: “Yo iré y le sanaré”, demostrando que no importa quién seas o de dónde vengas, Dios extiende Su mano a todos los que se acercan a Él con fe.
La Fe del Centurión
El centurión, a pesar de no ser un seguidor de las costumbres judías ni conocedor en profundidad de las enseñanzas de Jesús, tenía una fe firme. Había escuchado acerca de Jesús y de Sus milagros, y eso le llevó a buscar Su ayuda. Es importante notar que este hombre no exigió la presencia física de Jesús; en su humildad y respeto, entendió que la autoridad de Cristo no estaba limitada por la distancia o las circunstancias. Este tipo de fe sorprende a Jesús, quien se maravilla y afirma que ni siquiera en Israel había encontrado tal fe. Esto es un testimonio de que la fe no está restringida a un grupo específico; es accesible para todos aquellos que creen.
El Amor Incondicional de Dios
La historia del centurión nos enseña que el amor de Dios va más allá de nuestras limitaciones y pecados. A pesar de que el centurión no era un seguidor de las tradiciones judías y probablemente tenía costumbres paganas, su corazón se abrió a Jesús. Esto nos recuerda lo que dice la Palabra en Juan 6:37: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” No importa cuán lejos creas que estás de Dios, Él siempre está dispuesto a recibir a aquellos que se acercan a Él con un corazón sincero.
Tal vez hoy te sientes indigno, como el centurión que pensó que no merecía que Jesús entrara en su hogar. Pero el Señor no rechaza a nadie que lo busque. Aunque hayas fallado o cometido errores en el pasado, Dios está dispuesto a perdonar y sanar. Él dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Jesús es quien ofrece descanso y restauración, y Su amor es más grande que cualquier pecado que hayamos cometido.
La Promesa del Perdón
Todos hemos pecado y estamos en necesidad de la gracia de Dios. En 1 Juan 1:8-9 se nos recuerda: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” La invitación de Dios es clara: Él desea que nos acerquemos a Él para recibir el perdón y la sanidad que solo Él puede dar.
Un Llamado a la Salvación
Tal vez has sentido que no eres digno de recibir a Dios en tu vida, pero Él te llama tal y como eres. Hoy, Dios te ofrece una oportunidad para recibir Su gracia, sin importar tu pasado o las faltas que hayas cometido. Él dice: “Aunque sean sus pecados como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” (Isaías 1:18). Es tiempo de dejar el pasado y entregarle tus cargas a Dios, confiando en Su amor y misericordia.
Oración de Salvación
Si hoy deseas entregar tu vida a Jesús y recibir Su perdón, puedes hacer esta oración:
Oración:
“Señor Jesús, en esta hora yo reconozco que eres el Hijo de Dios y que moriste por mis pecados en la Cruz del Calvario. Reconozco que he pecado contra Ti y que no merezco ser llamado Tu hijo. Me arrepiento de cada uno de mis pecados y abro mi corazón para recibirte como mi Salvador personal. Te pido que escribas mi nombre en el Libro de la Vida. Gracias, Padre Eterno, por Tu amor y Tu perdón. Amén.”
Jesús sana y salva a todos los que vienen a Él con fe y humildad. No importa quién seas o dónde te encuentres, Su gracia está disponible para ti. Confía en Su poder, acércate a Él y permite que transforme tu vida.
Lectura Bíblica: Mateo 8:5-13 (RVR1960)
Escrito por B. Flores
www.ministeriosdesanidad.com
Amén perdón, sanidad y salvación de parte del Señor Jesucristo necesito yo y toda mi casa por su misericordia, amor, gracia y piedad en el nombre de Jesús.
Para agregar. Yo sé que Jesucristo quiere ayudar y salvar a todos sin embargo son verdad las palabras del centurión, no soy digno.. en mi caso porque le he fallado mucho al Señor, y estoy arrepentido de todo pero no soy digno de que él entre a mi casa, a mi corazón. Dios es bueno y justo.
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmos 51:17
Cuando reconocemos que les hemos fallado a Dios, Él por Su misericordia nos perdona y nos recoge no importa cual sea la condición. Solo busca de Dios y Él trabajará en tu vida. Lo que Dios borró, no lo traigas a la memoria. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isaías 1:18
Dios es bueno y justo.
Dios te bendiga grandemente.