¿Dónde te encuentras tú cuando estás pasando momentos de angustias? En esos momentos de adversidad ¿a quién clama en busca de ayuda?
Jeremías fue uno de los Profetas Mayores que vivía en Anatot un pequeño pueblo colindante a Jerusalén. Dios le hiso el llamado desde muy temprana edad para que él ejerciera su ministerio como profeta diciéndole: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones” (Jer.1:6). Entonces Jeremías le contestó diciendo: !!Ah! !!ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y Dios le respondió: “No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová Su Mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto Mis Palabras en tu boca” (Jeremías 1:1-9(RVR1960).
Este pequeño resumen de la historia de Jeremías nos testifica que el profeta nunca andaba solo, Dios siempre estuvo cuidando sus pasos aun en medio de la adversidad. Dios puso Palabras proféticas en la boca de Jeremías diciendo que la cuidad sería cedida en mano del rey de Babilonia y que el rey Sedequías corría el riesgo de caer en las manos de los caldeos. Por esa razón, el rey Sedequía envió a Jeremías a la cárcel. (Jeremías 32:2.5). Las Escrituras nos dice que Jeremías se encontraba preso y fue precisamente en ese tiempo de adversidad, cuando Dios vino con palabras de aliento diciéndole:
“Clama a Mí, y Yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3 (RVR1960).
Cada día tenemos que clamar a Dios, no importa la situación, debemos de clamar a Dios. Clamemos a Dios para saber cómo orar por nuestros hijos, nuestro hogar y por nuestra fe para que sea fortalecida cada día. Si tu finanza no te alcanza o no tienes trabajo, clama a Dios y Él te llenará de favores. Si estás enfermo, clama a Dios de corazón, cree por fe que Él te sanará y Él te oirá desde Su Trono Celestial. No importa en la cárcel donde te encuentres, si clama a Dios con todo tu corazón, Él te responderá. Tu clamor será enviado al Trono Celestial y Dios te lo devolverá a la tierra como lluvia de bendición de sanidad para ti y tu casa. Para Dios no hay nada difícil e imposible, porque todo es posible para Dios. Dios tiene el poder para trabajar en lo imposible. Solo debemos de creerle a Él. Estas Palabras fueron para Jeremías y también para todos nosotros. Estas Palabras son Promesas de Dios enviadas desde Su Trono Celestial para usted y para mí. Dios prometió a Jeremías que, si le llamaba, no solo le contestaría, sino que le revelaría “cosas grandes y ocultas” que no podrían conocerse de otra manera. Esta percepción reveladora solo Dios las ofrece a todo aquel que busca la presencia de Dios en espíritu y en verdad y con un corazón humilde y sincero. Este conocimiento se desarrolla por medio de la fe y la oración.
La firme promesa de nuestro Padre Celestial es que, si clamamos, Él, nos revelará cosas grandes y ocultas que no conocemos. Salmos 4:3 la Palabra de Dios nos dice que, “… “Jehová oirá cuando yo a Él clamare”. Dios no es un Dios de madera o de piedra que ni para oír sirven. El Todopoderoso, Jehová de los Ejércitos tiene oídos para oír nuestro clamor. Así como tú y yo, hemos tenido necesidades difíciles y hemos visto que solamente el poder de Dios las ha podido resolverlas. En la vida hemos pasado por momentos de angustias y hemos visto que la Mano y el Poder de Dios se ha hecho visible al momento en que clamamos a Él de todo corazón. Dios escucha a Sus hijos, aquellos que lo buscan y adoran en espíritu y en verdad. Dios es nuestro Padre y se conduele de Sus hijos cuando clamamos a Él. El Salmo 8:6 nos dice que, el rey David también tuvo una gran necesidad y clamó a Dios diciendo: “En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde Su Templo, y mi clamor llegó delante de Él, a Sus oídos. Y esta es la confianza que tenemos en Él, que, si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye (1 Juan 5:14 (RVR1960). Dondequiera que te encuentres, clama a Dios y Él te responderá de acuerdo con los Propósitos Eternos que Él tiene para tu vida. Arrepiéntete, perdona, humíllate ante la Presencia de Dios y clama a Él. Aliéntese tu corazón, no temas porque Dios te responderá.
Dios te responderá en tus estudios, en tus metas, en tu ministerio, en tu matrimonio o en tu noviazgo. Dios te responderá en tu trabajo y en tu casa. Dios te responderá cuando te encuentres enfermo y te sanará con Su Palabra. El Todopoderoso te fortalecerá en la fe, Él abrirá camino para que pase.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Mateo 7:7 (RVR1960)
Oremos:
Amantísimo Padre Celestial, Dios Fuerte, llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Vengo ante tu Presencia con un corazón contrito y humillado. Perdóname si te he ofendido en palabras, hechos y en pensamientos. Hoy clamo a Ti porque yo entiendo que sin Ti no soy nada. Señor, hoy clamo a Ti porque se que Tú eres el Dios verdadero que tiene oídos para escuchar y poder para responder nuestras necesidades de acuerdo con Tú propósitos Eterno que Tú tiene para mi y mi familia. Padre Eterno te pido que les responda a tus hijos en cada su necesidad. Gracias por escucharme. Amén.