La palabra denuedo casi no se menciona en nuestro lenguaje cotidiano, pero la podemos ver en acción en hombres y mujeres de fe que se paran en la brecha para llevar el evangelio de Dios con firmeza y valentía.
Dios en estos últimos tiempos está y estará levantando hombres y mujeres que acepten el desafió de pararse en la brecha, delante de su presencia intercediendo a favor del pueblo con denuedo.
En el diccionario Merriam Webster la palabra denuedo significa resolución, brío, gallardía, audacia, esfuerzo, intrepidez, arrojo, determinación, firmeza, temple, valor, ánimo, atrevimiento, y valentía.
Quizás me dirás: “soy una gallina y no tengo la habilidad de parame en público.” “Me gustaría ser usada por Dios, pero no sé ni hablar.” “Mi timidez no me deja avanzar.” Estas y otras preguntas nos hacemos a diario también, mas hay una gran revelación detrás de todas estas preguntas especialmente cuando en tu interior sientes trabajar para Dios.
No tenemos que poner excusas cuando en realidad Dios conoce nuestras condiciones, Él conocía la condición de Timoteo cuando empezó su ministerio. En el libro de Timoteo podemos ver que era tímido, en pocas palabras, en su carácter reflejaba timidez por lo cual el apóstol Pablo le escribió una carta hablándole del tema diciéndole:
“Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios” (2 Timoteo 6-8).
Por el hecho de que Timoteo era tímido eso no significaba que no tenia conocimiento para hablar de Dios, su fe era solida, no fingida. Él fue criado bajo el evangelio de Dios por su abuela Loida y su madre Eunice, Timoteo solo necesitaba un empuje de alguien que lo animara para hablar con denuedo en frente de los demás.
Pablo le mencionó la palabra cobardía que va de la mano con la timidez y le recordó que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Cuando hablamos con poder, de amor, y de dominio propio, nos paramos con firmeza, y valentía.
Un guerrero de Dios, predica la palabra sin temor y es un buen soldado que pelea la buena batalla sin vergüenza. Dios está buscando hombres y mujeres valientes para la Gran Comisión del Evangelio de Su Palabra, Él no busca cobarde. Una persona cobarde no se atreve hacer nada, lo opuesto a la valentía, es la cobardía, por tanto Dios nos exhorta a tener dominio propio, reconociendo siempre que Él está y estará al control de lo que vamos a decir.
Dios estuvo al control de Pedro cuando se enfrentó delante de personas importantes. Pedro nunca fue a la escuela, ni tenía títulos universitarios, él solamente era un simple pescador de oficio, común y corriente, ordinario pero con un ministerio extraordinario dado por Dios.
Pedro probablemente nunca se imaginó que Dios le iba a dar la posición de líder y llevar Su palabra. Esa decisión la tomó él porque obedeció y creyó en Jesús y en Sus palabra. El Señor Jesucristo les enseñó a cómo orar y a cómo hablar con denuedo Su palabra.
Tanto Timoteo como los discípulos, decidieron someterse a prueba por Dios aun cuando sus habilidades y destrezas no los ayudaban. En medio de sus pocas habilidades de hablar con denuedo, Dios los pulió de tal forma que lo que eran ordinarios para muchos, resultaron extraordinario para toda la humanidad.
“Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, y el sumo sacerdote Anás, y Caifás, Juan, Alejandro y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; y poniéndolos en medio, les preguntaron:—¿Con qué potestad o en qué nombre habéis hecho vosotros esto?
Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo:—Gobernantes del pueblo y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste ha sido sanado, sea notorio a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano.
Este Jesús es la piedra rechazada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. Entonces viendo la valentía de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se admiraban; y les reconocían que habían estado con Jesús” (Hechos 4:5-13).
Un verdadero hijo de Dios se reconoce dondequiera que va, él o ella, hace la diferencia en todos los lugares que Dios lo envía. Su amor, dedicación y valentía impacta y llena de ejemplos a los demás. Un verdadero creyente de la palabra de Dios se reconoce por la manera que actúa y habla.
Muchas veces nos sentimos como Timoteo, pero eso no significa que no tenemos la agilidad de pararnos con autoridad como Pedro lo hiso. Es necesario estar en la presencia del Señor y empaparnos de Su palabra. La palabra de Dios, nos da dominio propio, y nos enseña a hablar con autoridad..
Los guerreros de Dios se reconocen por las armaduras que cargan en sus vestimentas por dentro y por fuera. Nunca andan con las manos vacía, pues llevan consigo su Espada de Doble Filo y poder hablar con denuedo en el nombre de Jesús.
Padre nuestro que estás en los cielos santificado sea tu nombre, nos presentamos ante ti para darte todo el honor y toda gloria por los siglos de los siglos, amén. Señor, gracias por tu misericordia y por darnos dominio propio. Se Tú mi Maestro, enséñame a pararme con autoridad y dominio propio en tu Nombre.
No permitas que caiga yo en vergüenza, solo ayúdame a entender tu palabra y poderla aplicarla en mi diario vivir y con los demás. Permite que Tu palabra se quede en mi corazón y poder hablar con denuedo en el nombre de Jesús. Amén.
Bendiciones
Escrito el 20 de Febrero de 2012
Escrito para www.ministeriosdesanidad.org