Las Escrituras de Dios nos ofrecen muchas declaraciones y verdades acerca de la manera de tener prioridades en la vida. ¿Qué prioridades tienes usted en su vida?
Bebemos de imitar al Maestro, Él ponía primero Su mirada en las cosas de Arriba, Su prioridad era buscar primeramente el Reino de Dios. Jesús conocía sus prioridades, Él hizo que Su relación con Su Padre sea una prioridad. En Su Agenda había muchas cosas que realizar, pero antes de hacerlas, Él iba a Su Padre en oración. Él se apartaba de las multitudes y se dirigía a lugares desiertos para tener una comunión con Dios el Padre y pasar tiempo con Él.
La gran multitud era muy importante para Jesús, pero Su Padre Celestial era Su prioridad. Cuando Jesús enfrentaba decisiones importantes, siempre consultaba a Su Padre y le pedía dirección y esto requería tiempo a sola con Él.
La prioridad número uno de Jesús era Su relación con el Padre Celestial. Él pasaba tiempo en comunicación con Dios por medio de la oración. Cuando establecemos una comunicación con Dios, empezamos a desarrollar una relación personal con Dios. Esta relación se logra por medio de Su Palabra, orando y buscando primero Su Reino y haciéndolo nuestra prioridad en la vida.
Logramos establecer una relación con Dios cuando nos comunicamos con Él diariamente, porque es a través de esa comunicación que Él por Su misericordia nos escucha y nos habla. Dios nos habla por medio de Su Palabra cuando hacemos de Él nuestra prioridad. ¿Qué es prioridad? La prioridad hace referencia a la anterioridad de algo en relación de otra cosa, ya sea en tiempo o en ordenanza. Todo aquello que tiene prioridad se halla primero en comparación con otras personas o cosas.
¿Qué prioridades tienes usted en su vida? ¿A que le dedica su tiempo? ¿En dónde está enfocada su mirada?
Hoy el Señor nos exhorta a que nuestras prioridades estén enfocadas en Dios y nos dice: en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). (RVR1960)
Para buscar primero el Reino de Dios debemos tener una pasión y determinación en poner la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” Todos conocemos el pasado de Saulo y lo que él hacía en contra de los cristianos, pero un día Dios se le apareció camino a Damasco y desde ese día, Saulo fue transformado de tal manera que hasta su nombre fue cambiado de Saulo a Pablo. La conversión de Pablo cambio su modo de pensar como también su modo de hablar, esto lo dirigió a escribir las maravillas y el poder de Dios a los gentiles.
Cuando el apóstol Pablo escribió sus cartas, su único enfoque fue Jesús, él tenía a Jesús como su única prioridad en su vida. Cuando decidimos poner a Jesús como prioridad en nuestras vidas, quiere decir, que lo estamos poniendo a Él primero sobre todas las cosas. Esa decisión, nos hace enfocarnos en las cosas de arriba que son permanente y no en las cosas de la tierra que son efímeras, o sea, son perecederas. Cuando Dios es nuestra prioridad, el pasado no reina en nuestro presente debido a que siempre vamos a estar enfocados en la Cruz.
El apóstol Pablo lo sabía y nos dejó esta esperanza para que todos aprendamos de ella diciéndonos: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la Meta, al Premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:12-14) (RVR1960).
En otras palabras, el apóstol Pablo decidió hacer que Jesús sea la prioridad de su vida, entonces, ¿Cuáles deberían ser nuestras prioridades? ¿es el teléfono tu prioridad? ¿Son las redes sociales tu prioridad? ¿Es la televisión tu prioridad? Todo lo que ponemos por prioridad en la tierra perece y es pasajero, en cambio, si ponemos a Jesús primero como nuestra prioridad, gozaremos de grandes bendiciones.
“Mas buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). (RVR1960)
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