Quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Filipenses 2:6-8
Él mismo, en Su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por Sus heridas ustedes han sido sanados. 1 Pedro 2:24