“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2 Versiones internacional/Reina-Valera 1960).
Estas palabras están dirigidas hacia los creyentes. El interés del apóstol Pablo hacia los Romanos era para ellos vivieran una vida plena en el Señor por medio de la renovación de la mente. Dios trató con Pablo camino a Damasco, Dios transformó el pensamiento de Pablo de tal forma que su mente era positiva y dedicada a las cosas de arriba. Por tal razón, el apóstol Pablo sabía muy bien acerca de la renovación de la mente.
Si eres creyente, fija tu mente en las cosas de arriba y no en la del mundo. Tus pensamientos ejercen una gran parte en tu vida y tu futuro. Dios te da la habilidad para renovar tu mente y solo pensar en las cosas de arriba si tú lo desea. Quizás me preguntarás: ¿cómo voy a renovar mi mente? Vamos a renovar nuestras mentes cada día con la palabra de Dios. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2).
La mirada de Saulo estaba solamente en las cosas del mundo y todos sus pensamientos eran negativos, él solo respiraba maldad, su mente estaba corrompida por el odio hacia los cristianos. Un día Jesús llegó al corazón de Saulo, su transformación fue tan grande que hasta su nombre fue cambiado de Saulo a Pablo. Inmediatamente, la mente de Pablo cambió. Antes Pablo vivía una vida amargada, llena de resentimientos y odio, se puede decir que era una vida muerta y sin éxitos. La transformación de la mente es la clave para vivir una vida en victoria en todas las áreas de nuestras vidas. La luz no se puede mezclar con la oscuridad, es necesario despojarnos de toda conducta que antes hacíamos para poder ser usado por Dios.
Para que Saulo sea usado como instrumento para Dios, fue necesario tener una transformación de la mente. La manera de pensar afecta nuestras vidas y nuestras bendiciones. De la forma de pensar, depende el propósito de Dios a nuestras vidas. Dios es un Dios omnisciente, esto significa que Él tiene el poder de escudriñar la mente del ser humano. El conoce nuestros pensamientos. La renovación de la mente es un proceso de cada día de nuestras vidas. Por ejemplo, el enemigo siempre nos va a traer cosas negativas a nuestras mentes ¿verdad? Pues de él nunca habrá nada bueno. La manera que tú lo vas a contradecir tan pronto llega a tu subconsciente (tu mente), es necesario que lo resista inmediatamente con la apalabra de Dios. “Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes” (Santiago 4:7).
La palabra de Dios nos dice en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Probablemente me dirás: “Es tan fuerte para mi cambiar mi manera de pensar debido al resentimiento”. “Tengo una espinita y no puedo perdonar a esa persona que manchó mi nombre” etc… Hoy el Señor te dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Eso incluye la renovación de la mente. Pídele al Señor que te ayude a cambiar. Empieza a meterte en la palabra (La biblia), para que tu mente vaya recibiendo palabra fresca a tu alma. Habla con Dios cada día, Él te ayudará a cambiar tus pensamientos y a perdonar.
Medita en la palabra de Dios, habla con Él acerca de tu empeño por cambiar, reúnete con personas que aman y conocen a Dios, estudia la palabra y memorízala. Una vez que empiece a pensar como a Dios le agrada, usted empezará a vivir una vida plena en Cristo Jesús.
“La renovación de la mente nos lleva a pensar diferentes y de forma positiva. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Colosenses 4:6). “Mas lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre” (Mateo 15:18). En otras palabras si el corazón está contaminado también la mente y todos los pensamientos.
De la manera que pensemos determina nuestros destinos y nuestro caminar con Dios, por tanto, vamos a empaparnos con la palabra de Dios que es vida, y con pensamientos de vida. Te aseguro que si procede así, gozará de una plena vida agradable a Dios y todo te irás bien, porque Dios estará de tu lado. Si Él lo hiso con Pablo, y conmigo también lo puede hacer contigo si así lo decides.
Oremos:
Señor Jesús, yo soy un pecador y hoy me arrepiento de todos mis pecados, por favor lava mis pecados con la sangre preciosa de Jesús, yo me aparto de todos mis pecados y te recibo en mi corazón como mi Señor y Salvador, por favor escribe mi nombre en el libro de la vida del Cordero, y por favor envíame al Espíritu Santo para que Él me ayude a vivir en santidad, establece tu palabra en mi corazón y protege mi corazón. En el poderoso nombre de Jesús yo soy nacido de nuevo hoy amén.
Escrito el 25 de febrero de 2014
Escrito exclusivamente para www.ministeriosdesanidad.org