“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas” (2 Co 5.17). Para andar revestidos con la coraza de Dios, debemos despojarnos de los vestidos viejos, de las viejas costumbres, y de la ceguera espiritual que nos impide ver la Luz de Cristo.
La Luz de Cristo es la que cambia mi vestido interior para brillar en la oscuridad. Cuando Saulo vio la Luz de Cristo, Esta lo transformo desde la cabeza hasta los pies, hubo un cambio en su vida.
Hermanos cuando Jesús llega a nuestras vidas hay cambio. Nuestro ropero viejo cambia a uno nuevo, nuestro modo de pensar no es el mismo, ya vemos las cosas diferentes a la manera de Dios. Los resentimientos y las pasiones desordenadas desaparecen; somos nuevas criaturas. Dios nos hace brillar con Su Luz y a la misma vez nos llena de Su favor con los demás.
La Luz de Jesús nos conecta con las personas exactas para ejecutar el propósito de Dios en nuestras vidas. La Luz de Dios hizo un cambio en Saulo que lo llevó a doblegarse a buscar a Dios en oración, eso mismo hará Dios contigo si lo busca de corazón en oración. Mientras Pablo oraba por la vista espiritual y física, Dios le reveló la visita de Ananías.
Esa conexión profética y de enseñanza le confirmó el propósito que Jesús tenía para la vida de Saulo. Dios estaba preparando los corazones de estos dos hombres, en otras palabras, Dios estaba preparando el encuentro entre Pablo y Ananías. Los caminos del Señor son misteriosos, Dios visitó a Ananías para que vaya donde Saulo y orar por él.
Ananías al principio como que no quería ir, pues le tenía miedo a Saulo, él conocía la reputación de él y el odio que les tenía a todos los cristianos. Aun así Ananías dejo atrás el miedo y se fue en busca de Saulo. Dios usa a sus hijos fieles que lo buscan en espíritu y en verdad, Dios sabía que Ananías tenía las herramientas necesarias para enseñarle a Pablo acerca de Su palabra. La misión de Ananías era llevar el mensaje de Dios a Pablo.
El mensaje del Señor, fue una confirmación que selló con broche de oro el ministerio de Pablo. Como creyentes del evangelio de Dios, debemos imitar a Ananías que se atrevió a ministrarle a Pablo, él fue obediente al llamado de Dios. Ananías se puso su vestido con todas las herramientas de Dios para ganarse a Pablo; Y salió exitoso. Es tiempo de obedecer el llamado de Dios y salir a buscar las almas que andan ciegas.
Dios ordenó a Ananías para que realizara un trabajo y lo hizo con éxito porque creyó en Su palabra. Ananías tuvo miedo a llevar la palabra a Pablo pero Dios le dijo: “Es necesario que vaya a orar por Saulo porque de utilidad será para Mí” “Quiero que él recobre la vista espiritual y física por medio de tus oraciones.” “Quiero sacarlo de la densa oscuridad y llevarlo a mi Luz.” “Quiero que lleve mi palabra.” Quiero vestirlo para el éxito.
Dios está buscando hijos genuinos como Ananías con un corazón dispuesto y sincero, sin manchas y sin arrugas; dispuesto a ejercer su profesión. El anhelo de Dios es que así como Ananías, seamos puentes de salvación llevando Su palabra, y removiendo la ceguera espiritual que mantiene al mundo ciego.