B. Flores
¡Se rompen las cadenas por medio de las alabanzas!
2 de Crónica 20 dice que el rey Josafat recibió la noticia que una gran multitud venía a atacarlo por tanto el rey se movió rápido y convocó ayuno a todo Judá. Él pudo hacerle frente al enemigo pues era un rey y poseía todas las armas para combatir a sus enemigos y a esa gran multitud que se avecinaba para atacarlo. Dice la apalabra que al rey le dio miedo y se humilló a consultarle a Dios, a buscar socorro a Dios.
A todos en algún momento de nuestras vidas nos ha dado miedo especialmente cuando nos encontramos entre la espada y la pared. Pero está de nuestra parte si nos vamos a dejar vencer por el miedo, o vamos a vencer el miedo con la Palabra de Dios. 3 Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Josafat tuvo una gran necesidad como tú y yo, está de parte de nosotros en ¿cómo le vamos a pedir a Dios? La mayoría de nosotros tenemos la tendencia de cuando estamos en un aprieto o bajo una gran circunstancia corremos a Dios para contarle nuestros problemas como si Él ya no lo sabe, cuando en realidad Dios conoce todo de nosotros.
Me llama la atención que Josafat en medio de sus problemas, buscó a Dios pero antes de plantearle el problema le alabó y le dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres Tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? 7 Dios nuestro, ¿no echaste Tú los moradores de esta tierra delante de tu pueblo Israel, y la diste a la descendencia de Abraham tu amigo para siempre? Ese gesto de adoración a Dios toca a Dios de tal manera que las oraciones llegan directa hacia el Trono celestial, y Dios por Su misericordia las devuelve como lluvias de bendiciones a nuestro favor.
El rey Josafat optó por consultar a Jehová Todopoderoso el que está al control de toda situación, el que defiende nuestros pleitos, el que abre caminos donde no hay caminos. Cuando el rey Josafat consultó a Jehová en busca de Su ayuda empezó la oración alabando a Dios, y hablando de Su poderío. No existe en la tierra nadie tan poderoso como nuestro Dios, creador del cielo y de la tierra. ¡Aleluya! Dios tiene la habilidad de confundir a tu enemigo sin que tú tenga que entrar en guerra con él, porque la batalla es de Dios no tuya.
El problema es que muchas veces queremos pelear la batalla con nuestra propia fuerza cuando en realidad le pertenecen a Dios. El rey Josafat le creyó a Dios, él confió en su poder. Dios le dio la victoria, pues él se humilló en ayuno, oración y alabanzas. ¡Alabemos al Señor porque Él es bueno porque para siempre es Su misericordia!
¡Alábalo!
Octubre 27, 2013
